El poder de tu Venus fue creado para ti, un espacio para compartir desde el «Ser de mujer». Siempre he sentido que las mujeres somos un gran regalo para la humanidad; fuimos dotadas de características especiales que muchas veces no conocemos y fácilmente caemos en la ilusión de igualdades mal entendidas, alejadas por completo del poder que en verdad representa nuestra feminidad.
Yo, al igual que tú, me he enfrentado al enemigo más temible, aquel que constantemente me limita, me intimida y a veces me ha llevado a rendirme simplemente porque no encontraba dentro de mí esa fuerza de mi verdadera naturaleza. Me refiero a esa voz que constantemente me compara y me cuestiona, a mi ego, que al no encontrar una identidad que le ponga freno dejamos que aniquile nuestros sueños.
Soy Sonia Laura, una mujer como tú, que a través de la vida aprendí que en la medida que más me conozco y me acepto, es en la medida en la que realizo mis sueños.
Me gradué como Médico General, un camino que me conectó con aquello que tiene un principio y un fin, el cuerpo humano; pero dentro de mí, existía la pregunta: ¿acaso solo somos células? – esto me llevó a ingresar en el mundo de la espiritualidad.
Pertenecí por 23 años a una agrupación católica de mujeres, ahí empecé a vislumbrar el rol de la mujer en el núcleo familiar, pero siempre bajo el dogma de fe, el cual sentía que me limitaba. Descubrí que la energía no tiene límites y cuando los encuentra puede desarrollar una enfermedad y eso no quería para mí, así que inicié mi preparación como “Sanadora Energética” especializada en Clariconciencia y de pronto un mundo nuevo se abrió, fui sanando energéticamente muchas partes de mí.
En ese tiempo tenía una empresa familiar dirigida al ramo automotriz, con el cual mantenía a mis hijos. Aprendí muchas cosas, entre otras el conocer la naturaleza de los hombres, ya que estaba constantemente interactuando con ellos. Nunca me sentí discriminada pero existía el típico “es que es mujer”, no obstante, apoyé a muchas mujeres que como yo no sabían nada de negocios para que su camino fuera más fácil, ya que a mí me había costado aprender a base de acierto – error.
Posteriormente, tomé el diplomado en “Terapia breve Sistémica” que me ayudó mucho a entender los límites del pensamiento y a graduarme como Terapeuta. Esta etapa fue muy buena pero yo no la disfrutaba, y de pronto dije: “no puedo hacer algo en lo cual yo no pueda expresar mi «Ser de mujer»”, así que cerré el negocio con todo lo que implica esto y entre liquidaciones e incertidumbre pasaron algunos años sin aún encontrar eso que yo tanto deseaba lograr.
Un día escuché una voz de una mujer en un audio que decía: “¿estás dispuesta a lograr tus sueños?, ¿qué te detiene?¨, en ese momento me di cuenta de todo el tiempo que había perdido queriendo ser alguien que no era, que tenía miedo a descubrir aquello que en verdad amaba y que haría cambiar mi vida. Así comencé a descubrir mi «Ser de mujer», mi sueño como mujer, mi plenitud como mujer, y empecé a unir todas las partes del rompecabezas, todo lo que había estudiado y aprendido, pero me faltaba algo, necesitaba estructuras para compartirlo.
Fue así como ingresé a la Escuela de Emprendedoras de Mujer Holística, donde aprendí de una manera amorosa todo el potencial que las mujeres tenemos.
Descubrí que cuando tienes un sueño del cual te apropias y lo vives a cada minuto, la vida se alinea para que lo logres. Aprendí a “compartirme” en redes sociales y fue ahí cuando mi página web empezó, dándome la dicha de compartir. Creé el curso de “Sanando a las Princesas”, todas las mujeres tenemos una historia que hay que sanar para aprender a valorar y disfrutar la vida.
De ahí siguió otro paso, mi certificación como Coach de Integrativo del cual elegí especializarme en Coach de Vida y a la par Coach en Meditación, ya que ésta es para mí la herramienta más poderosa que existe en este camino de autoconocimiento. Todo esto me llevó a ser hoy una mujer plena y feliz, con el deseo de apoyar a las personas a descubrir su camino.
Con mi experiencia de ser mujer, esposa y madre; con la experiencia de vida y conocimiento que he adquirido, pero sobre todo convencida de que compartir es crecer, estaré escribiendo en este espacio mi forma de apreciar la vida.
Gracias por leerme, te dejo con la frase que nació de mi alma al iniciar este camino de conocimiento: “La vida es un sueño y solo estás despierto cuando encuentras tu misión en ella”.