La responsabilidad de ser mamá es no sólo cuidar que coman, se bañen, cumplan con sus tareas y demás, sino emocionalmente somos responsables de ayudarlos y orientarlos a crecer sanamente.
Sin embargo, a veces solemos utilizar frases que son malinterpretadas muchas veces por nuestros hijos, y así iniciamos una idea equivocada de las cosas que están a nuestro alrededor.
- “Estoy orgullosa de ti” y “buen trabajo”: Son frases que con el tiempo pueden convertirse en un problema, el doctor Carl Pickhardt, psicólogo y autor de ‘Surviving Your Child’s Adolescence’, asegura que estas frases más que animarlo a continuar “hacer lo correcto” porque le guste, lo hará para complacer a sus papás, dejando de lado su propia confianza y sus verdaderas motivaciones. Es importante comunicarle las frases adecuadas, por ejemplo:
*Si traen a casa buenas calificaciones decirle: “Tienes buenas calificaciones, debes haber trabajado muy duro”
*Un dibujo increíble: “¿Qué te hizo elegir esos colores?”.
Lo anterior con el fin de motivarlos hacia algún objetivo y encontrar poco a poco lo que verdaderamente les apasiona.
- “No hables con extraños”: Es evidente que todas las mamás decimos esta frase con el fin de protegerlos, pero esto puede crear inseguridades a largo plazo. En su lugar debemos enseñarles a que es importante informarse con quién hablan, que no tiene nada de malo hablar con extraños, si se establecen adecuadas medidas de seguridad.
- “Por que lo digo yo”: ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Es aparentemente poderosa, pero finalmente nos quita como mamás el control sobre nuestros hijos, ya que no siempre es la mejor forma de lidiar con algún problema.
En su lugar se debe ver el problema y buscar una opción, ofrecerla al infante o bien conocer sus sentimientos al respecto y escuchar lo que ellos tienen que decir, para poder llegar a un acuerdo.
- “Estoy decepcionada de ti”: El doctor Pickjardt asegura que está frase hace sentir a la mayoría de los niños como si “hubieran perdido el amor de sus padres”, en su lugar pueden usar la siguiente frase: “Estoy muy sorprendida y no esperaba que esto sucediera”.
- “Estoy avergonzada de ti”: Otra frase muy parecida a la anterior, el Doctor Carl y la doctora Katharine Kersey profesora de la Universidad Old Dominion del departamento de Educación Infantil, coinciden en la carga negativa de esta frase, ya que el infante pude sentirse como “una desgracia para la familia”.
Pueden usar frases como: “Aunque me siento mal por lo que hiciste, siempre te voy a querer por quien eres”.
- “Estoy gorda”: Solemos olvidar que somos un ejemplo para nuestros hijos, si escucha este tipo de frases probablemente comience a formarse la idea de cómo es un cuerpo “perfecto” sin estar consiente de ello. En su lugar podemos fomentar el ejercicio con ellos y hacerlo divertido, empezar a comer sanamente y motivarlos con frases frescas y que lo aliente a hacer algunas actividades, como: “Vamos a correr el día está increíble”.
- “No llores”: Es una frase que la mayoría de las personas conocemos, ya que puede que durante nuestra niñez la hayamos escuchado. Pero es importante ayudarlos a reconocer sus sentimientos, tratarlos abiertamente y consolarlos.
La frase ideal para este caso: “Sé que estás triste en este momento, está bien llorar, todo el mundo lo necesita, déjame darte un abrazo”.
Esta es una primera parte de las frases más comunes que solemos usar como padres sin pensar en las consecuencias que tendrán en nuestros hijos, por eso antes de hablar y soltar palabras al aire, es necesario pensar cómo van a repercutir estas frases en su personalidad ya sea para mejorarla o empeorarla.