Vacacioneeeeees

¿Que será más agotador, el día a día como mamá o irse de vacaciones con niños pequeños? Las maletas nunca fueron tan grandes como cuando llegó el bebé, aunque seas de las del club que cuando eran solteras y sin hijos, cargaban hasta con el perico. Y llegan las dudas por no saber que llevar, para no ir con exceso de equipaje porque no quieres parecer la mamá loca que lleva hasta cuatro cambios de ropa diarios, pero tampoco puedes ser la madre distraída a la que le faltó una medicina, el repelente o una sudadera.

Entonces tu maleta, cuando son bebés y hasta que cumplen unos dos años (más o menos), se convierte en su maleta y lo que tu llevas se reduce al mínimo, para que quepan los pañales, toallitas húmedas, la ropa y zapatos , medicinas, bloqueadores, leche, mamilas, la esponja para lavarlas (por si no se puede en el hotel o vas a una casa que no tiene) y hasta el jabón para limpiarlas (usas el libre de químicos), las bolsas para esterilizarlas, todo el kit de baño que incluye otras 25 cosas, las papillas porque no siempre en vacaciones pueden ser naturales, las toallas (porque ni modo que uses las del hotel en su pielecita tan delicada), los juguetes para que se entretenga, la cuna de viaje, la carriola o el fular, y artículos más o artículos menos. Todo depende de cada una. No dudo que existan mamás más relajadas y empaquen lo mínimo y les vaya muy bien. Lo bueno es que esos maletones solo son durante un par de años y afortunadamente cuando crecen ya eres menos obsesiva y además llevas menos, mucho menos cosas. Personalmente prefiero que me sobre a que me falte y así evitar la histeria.

Ya en el destino elegido olvídate del descanso, de tumbarte dos horas al sol, tomarte una chela en paz, hacer sobremesa eterna, disfrutar de un masaje, una cena romántica, estar tres horas “chachareando” en el mercado del pueblito o chapotear en la alberca libre y relajadamente. Más bien prepárate para no parar, poner cada hora y media bloqueador, cambiar el traje de baño por si está muy mojado, estar moviendo la sombrilla para que no le dé el sol, estar en la alberca jugando, caminatas con el rebozo a cuestas o llevando la carriola por las calles empedradas coloniales, comer casi todos los días una orden de papas a la francesa y pedir en el restaurante que te ayuden a lavar tus utensilios para el niño. Todo esto tiene sus excepciones. Si vas con familia y amigos te ayudan un rato con los críos para que puedas escaparte, aunque sea un momento. Contadas ocasiones, en mi caso.

Pues sí, son vacaciones para todos menos para mamá y/o papá. La recompensa viene en forma de sonrisas interminables, de ojos abiertos al descubrir nuevas cosas, de pasos que descubren el sonido que hacen las hojas al pisarlas, la admiración del chiquillo cuando, por ejemplo, van al bosque de las luciérnagas y claro, la emoción de que están compartiendo cosas que son totalmente nuevas para él y bueno, como un plus la satisfacción de que caen agotados y duermen más temprano que de costumbre.

Y en esta época de vacaciones me siento con la obligación de compartirles la lista valiosísima que llegó vía una compañera del gremio y que ajusté según mis experiencias. 70 lugares para visitar en la Ciudad de México y sus alrededores en vacaciones.

1.Papalote Museo del niño