El primer ejemplo en la vida de tus hijos eres tú. Tanto tú como tu pareja tendrán la responsabilidad de darles las claves para llevar una existencia plena y después convertirse en adultos felices. Es por eso que te presentamos 5 consejos básicos para que tus hijos tengan una visión optimista de la vida.
1. Deja de quejarte. Centrarse en pensamientos negativos y frustraciones, es de lo peor que puedes enseñarles. Cuanto más te quejas sobre problemas de dinero o un día duro en el trabajo, más probable es que sus hijos aprendan a hacer lo mismo. En su lugar, trata de hablar de las cosas que valieron la pena en el día, no importa que hayan sido pocas.
2. Ten grandes expectativas. Los niños no desarrollarán una actitud optimista a menos que tengan la oportunidad de probar su valor. Confía en ellos para que completen tareas que los harán sentirse capaces, pero siempre recuerda que éstas deben ser de acuerdo a su edad, ya que el punto es que los niños tengan éxito.
3. Motívalos a tomar ciertos riesgos. Usualmente luchamos por tratar de proteger a nuestros hijos lo más posible de sentir daño o fracasar. Pero desalentarlo de hacer actividades porque pensamos que no es tan hábil como otros niños, puede lastimar su confianza y aumentar su pesimismo. Se trata simplemente del proceso natural de dejarlos ir poco a poco.
4. Espera antes de reaccionar. Controla ese instinto de mamá oso. Cuando ves a tu hijo tratar de decir una palabra nueva o que ya tardó mucho en encajar una pieza en un rompecabezas, es fácil intervenir rápidamente. Pero lo mejor es que lo dejes tratar de resolver las cosas sin tu ayuda, así aumentarás su sentido de logro y también lo harás más optimista sobre lo que puede hacer en el futuro.
5. “Abraza” las dificultades. Dice el psicólogo Andrew Shatté, quien crea programas de entrenamiento para ayudar a niños a superar desafíos, que debes apoyarlos en replantear sus pensamientos más positivamente. Por ejemplo, puedes usar frases como esta: “Los nuevos deportes son difíciles de aprender al principio, pero con el tiempo lo harás” y luego ponerte como ejemplo para que vean que a ti también te costó tanto como a ellos: “cuando yo tenía tu edad era malísima para el voleibol, pero con la práctica mejoré mucho”. Algo tan sencillo, hará que jamás se den por vencidos.