En muchas partes del mundo se acostumbra arropar al pequeño recién nacido tanto para evitar deformaciones como para confortar al bebé y se sienta como en el útero materno, sin embargo, ha entrado en debate esta práctica recomendada incluso por La American Academy of Pediatrics (AAP).
Según Isaac Morales, jefe del servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital del Niño Francisco de Ycaza Bustamante, en Guayaquil, esta práctica no es muy aconsejable “porque cuando haces esta maniobra de cerrar las piernas al bebé, puedes dislocar la cadera de su lugar natural. Puedo decir con conocimiento de causa, apoyado con literatura científica, que fajar al niño tiene un alto riesgo de ocasionar una displasia de cadera”, explicó el especialista.
También aseguró que si no se detecta a tiempo podría dejar secuelas irreversibles, como quedar con una pierna más larga que la otra, problemas de espalda entre otras.
Morales hizo una analogía con unas pinzas para detallarlo mejor qué es lo que sucede pues asegura que al cerrarlas en la parte inferior se abre la parte superior, al tratarse de las piernas de un bebé provocaría que sus huesos se desencajen.
“Todos los tratamientos van orientados a que el niño tenga una posición en abducción, como ranita, pero al fajarlos haces todo lo contrario, las cierras completamente, y tienes una probabilidad de luxación”, agregó.
Recomendaciones de acuerdo a la Sociedad Ortopédica Pediátrica de Norteamérica y la División de Ortopedia de la AAP:
- Abre y estira la manta completamente, con una esquina doblada.
- Pon a tu bebé boca arriba sobre la manta, con su cabeza sobre la esquina doblada.
- Endereza su brazo izquierdo, y envuelve la esquina izquierda de la manta sobre su cuerpo y métela entre su brazo derecho y el costado derecho de su cuerpo.
- Después endereza el brazo derecho junto a su cuerpo, y dobla la esquina derecha de la manta sobre su cuerpo y métela debajo de su costado izquierdo.
- Dobla o tuerce la parte de abajo de la manta sin apretar y métala debajo de un costado del bebé.
- Cerciórate de que pueda mover sus caderas y de que la manta no esté demasiado apretada.