Según una nueva investigación realizada por enfermeras neonatales de la UAB y una serie de pediatras de la misma institución de medicina, los bebés menores de seis meses no deben beber agua.
Los especialistas concordaron que a esta edad, sólo necesitan leche materna o fórmula (que son suficientes para mantenerlos hidratados). Además, los bebés prematuros o aquellos que llegan al mundo con bajo peso, dependen de las calorías que reciben de la leche para ganar el peso que necesitan, por lo cual, el hecho de beber agua más bien podría perjudicarlos:
“En realidad están quemando calorías usando energía para beber agua”, explicó Stephanie Gentry, una enfermera neonatal que ha ejercido esta profesión por casi 14 años. “El punto es que quienes se hidraten sean las mamás. Eso aunado a una dieta rica grasas vegetales y proteína de todo tipo. Para un bebé siempre será mejor beber leche rica en calorías”.
Muchas veces como papás creemos que en días calurosos o al salir a la playa, los bebés requieren agua porque existe un riesgo de deshidratación, pero no hay que asustarse, los bebés están más que hidratados con su toma de la leche de mamá o fórmula.
“Nosotros recomendamos darles una alimentación extra, o sea, que realicen una toma más de lo que usualmente demandan o llevar una porción mayor de fórmula para preparar el biberón. De hecho hasta consideramos mejor que primero comiencen con la alimentación complementaria de papillas de verduras y frutas, antes que beber agua”.
Para el grupo de enfermeras y pediatras, el agua se volverá de suma importancia en cuanto lleguen a los seis meses, porque es el momento en que los niños comienzan a moverse más y refrescarse se convierte en una necesidad que a partir de ese instante, ya no debe descuidarse. “Entonces sí hay que preocuparse por darles una hidratación extra, su estómago está más preparado y su organismo exige mayor cantidad de líquidos”.