A partir de los tres años comienza uno de los mayores retos como papás: que nuestros pequeños lean. Esta etapa que a primera vista nos parece muy difícil, pero puede lograrse pensando en tres sencillos puntos.
- La sintaxis: es la forma en que las palabras, frases y oraciones se juntan para crear líneas y párrafos.
- La semántica: es cómo las palabras y frases de un grupo se relacionan entre sí.
- La fonética: se refiere a los sonidos que producen las letras y la relación entre las palabras escritas y las habladas.
Mientras el niño preescolar aprende a leer, avanzará en todas estas áreas. Aunque, la mayoría comprende antes la sintaxis y semántica, antes que la fonética. Por ejemplo, aprenderá que las frases en un libro se leen se izquierda a derecha antes que entender que se pones una “C” seguida de una “H”, obtienes el sonido “CH”.
Lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a crecer en estas tres áreas es leerles, de preferencia diario. No importa si es el cuento para ir a dormir o uno en la biblioteca más cercana al hogar, ¡hasta leerle la receta de la comida que preparas, funciona!
Pero si quieren consejos rápidos y sencillos, aquí les dejamos algunos:
- Cuando lean, sigan las palabras con la punta del dedo. Así los niños verán cómo avanza la oración, cuándo hay pausas largas, cortas o hay cambios de párrafos.
- Escriban una carta con sus hijos. Ahí pueden mostrarle todas las partes que ésta lleva: introducción, frases, párrafos, cierre.
- Léanles libros que cuenten historias. ¡Los de hadas son ideales!
- Háblenles del libro conforme avanza. Por ejemplo, pedirles que adivinen el final.
- Hagan que todo fluya. Cuando sus hijos comiencen a leer con mayor facilidad y de pronto se atoren en alguna palabra u oración, ayúdenles en la pronunciación, explíquenles el significado y luego continúen con la lectura.
- Apóyense en libros con ritmo, canciones de cuna o melodías infantiles.
- Usen libros con el alfabeto.
- Escriban los nombres de los miembros de la familia. De preferencia en orden alfabético para que vean el orden de las letras.
- No nombren las letras, hagan su sonido. En vez de decir “A”, mejor digan “Amigos”, así será más sencillo que asocie la letra con la palabra que la contiene.