Sabemos que la época actual nos exige mucho, por eso, cuando las mujeres que somos profesionistas y decidimos convertirnos en mamás, tendemos a presionarnos mucho ante la sociedad.
Y no sólo nosotras, sino en el trabajo, los amigos, a veces hasta nuestra propia pareja influyen en que casi siempre estemos tras ese deseo de ser las mejores en todo. Sin embargo, en España, un grupo de mujeres que se denominaron Malas madres, se ha dedicado a desmitificar la idea de la mujer ideal que puede hacerlo todo y hacerlo a la perfección.
Su fundadora Laura Baena, busca un cambio en cómo vivimos la maternidad: “creo que tenemos que hacer coalición entre nosotras para unir esas fuerzas y esa energía para luchar por cosas que realmente necesitamos y son tan importantes como educar mejor, la conciliación, la corresponsabilidad”.
Trabajo e hijos: se pueden balancear
No sólo ella, sino un gran número de mujeres en ese país, ya piden que ciertas cosas se modifiquen. Por ejemplo, el apoyo de la pareja debe ser mayor, ya que en la actualidad aunque los dos trabajen, sigue siendo la mamá quien lleva la mayoría de las labores del hogar, lo cual implica estrés mayor para ella y que al final no haga ninguna de sus actividades bien.
Eva Bailén, fundadora de una asociación llamada Yo no renuncio, dice que la labor de la crianza de los hijos debe ser igual: “No se trata de que ayuden, es que esto es responsabilidad de los dos porque somos un equipo. Los hijos son míos y son tuyos, la casa es mía y es tuya”.
Que las opiniones no te importen
Laura Baena señala también que “a la gente le encanta opinar. La maternidad en general está siempre en debate público”. Por lo cual, lo mejor que puedes hacer como mamá es seguir tu instinto, no te presiones y mucho menos te compares, porque no eres como la mamá de al lado con los hijos siempre súper bien vestidos y que además parece sacada de una revista de modas; al final todas cometemos errores y vivimos la maternidad de formas distintas.
Mientras puedas congeniar tu empleo con la crianza de tus hijos, con errores, pero donde dentro de todo te sientas satisfecha y veas a tus pequeños felices, es que vas por buen camino.