Como mamás siempre tendemos a pensar que nuestros hijos son los mejores en todo, los más inteligentes y que llegarán muy lejos. Sin embargo, hay ciertos rasgos que desde pequeños nos pueden indicar si de verdad, nuestro hijo tiene algún talento o habilidad especial.
Si tu hijo es muy platicador, uno de sus hábitos consentidos es leer y escribir o de plano las maestras de todas sus clases te platican lo bien que va en la escuela, ¡felicidades! Todo indica que tienes a un pequeño genio.
Estos niños, se pueden desarrollar de forma excelente en cualquier actividad o disciplina que elijan. Otras de sus características es que son muy intuitivos, precoces y por lo tanto siempre adelantados a lo que hacen los demás y ante todo, son muy creativos: siempre tienen ideas sobre cualquier tema y hasta saben cómo desempeñarlas.
Dentro de los niños con talento hay 5 clasificaciones a considerar:
- Brillante: Que tiene un alto grado de inteligencia por encima del promedio común.
- Prodigio: Realiza actividades que son extraordinarias para su edad.
- Precoz: Que está muy adelantado en el proceso de desarrollo.
- Superdotado: Con una capacidad intelectual superior a la del resto.
- Genio: Cuando son en extremo creativos. Los genios son los que han hecho grandes cosas por la humanidad, gente como Albert Einstein o Bill Gates, entraban en esta categoría.
Si ya viste que tu hijo reúne todas estas cualidades, la forma de comprobar por completo si tienes a un pequeño geniecillo en casa es hacerle el examen de IQ o CI (Coeficiente intelectual). Si su calificación es igual o mayor que 130, ahora sí, te tocará apoyarlo extra para que ese talento no se desperdicie y quién sabe, igual hasta un día cambie al mundo.