La inteligencia con la que nacen nuestros hijos es 50% genética. Lo cual significa que nosotras, junto con nuestra pareja, les damos la mitad de las capacidades cerebrales para desarrollarse en el mundo. ¿Y el otro 50 de donde lo obtienen?
También de nosotros. Pero de una manera distinta. Ya que somos los padres quienes podemos conseguir que nuestros hijos avancen de forma positiva en la vida, sobre todo en la escuela o el trabajo después. Pero ese avance dependerá de qué tanto estemos comprometidos con su educación y que tanto les pongamos un buen ejemplo para aprender.
Y una de las mejores formas para que su inteligencia crezca, es a través de la música. Así es. Aprender a tocar un instrumento desde temprana edad es de los mejores ejercicios para el cerebro, pues requiere de gran concentración y mucha práctica, cosas que ayudan a la mente y la fortalecen, lo cual después servirá para el aprendizaje de idiomas, matemáticas, ortografía, fórmulas científicas o cualquier cosa que usualmente se nos haga, difícil de aprender.
Otra manera es no darles dispositivos electrónicos hasta después de los 3 años. Los especialistas están de acuerdo que hacerlo antes, dañará su forma de procesar información y aprender permanentemente. De hecho lo preferible sería nunca dárselos hasta que entraran en la edad donde en verdad los necesiten, por ejemplo, al ingresar a la primaria o secundaria donde ya se requiere un uso de estas tecnologías para el estudio.
Otras maneras es que vean las películas en inglés y que la lectura nocturna se haga casi siempre y no apresuradamente, sino con calma. Con lo primero su cerebro aprenderá a hacer el esfuerzo desde pequeño por aprender otro idioma y le será más fácil dominarlo de mayor. Con lo segundo, el hábito de la lectura se le quedará grabado. Y así, tan fácil puedes tener un hijo inteligente.