Aunque las investigaciones anteriores ya habían insinuado una asociación entre la migraña materna y los bebés con cólico, un nuevo estudio revela que esta condición sólo se transmite a través de la madre y que en los papás no es un factor de riesgo.
Se hizo una encuesta a más de mil padres y madres y las probabilidades de tener un bebé con cólicos fueron 50% más altas para las madres que informaron tener un historial de migraña.
Sin embargo, el 29% de los padres con migraña, no tuvieron descendencia que sufriera de cólicos. En una segunda presentación del estudio, los padres percibieron que sus bebés con cólicos tenían mayor sensibilidad a ciertos estímulos, especialmente ruidos fuertes y olores fuertes, un rasgo que a menudo se asocia con la migraña.
La doctora Amy Gelfand, directora del Área pediátrica de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), dijo que estos hallazgos dan pie a lograr mejores tratamientos para los bebés que sufren de cólicos:
“Para los obstetras, vale la pena aconsejar a las mujeres embarazadas con antecedentes de migraña que tienen más probabilidades de tener un bebé con cólicos y hacerles saber que el cólico es un fenómeno limitado en el tiempo que no es su culpa. También da paso a que busquemos formas más efectivas de calmar el cólico en los recién nacidos”.
Además, la investigación demostró un vínculo entre los cólicos infantiles y el aumento del riesgo de migraña en los adolescentes, tal como señaló la doctora: “Si como pediatra ves a un bebé con cólicos con antecedentes familiares de migraña, ten en cuenta que tal vez también ellos la desarrollen al llegar a los 7 u 8 años de edad y mientras más pronto se diagnostique o se cuenten con las herramientas que podrá pasarle a un individuo, mejor será su tratamiento”.