Hoy nos despedimos de la única escuela que ha conocido mi hijo desde los dos años. Lo hicimos con una divertida exposición madre-hijo, que pareció todo menos una exposición, pero se hace lo que se puede y el niño estaba encantado con su madre sentada en una mini silla lista para exhibirse en medio de un salón con niños pequeños.
Él empezó a vivir eso que es parte de… Las despedidas, el adiós, dejar lo viejo conocido por la incertidumbre de llegar a un lugar nuevo. Está triste dice, porque ya no va a ver a sus amigos . Y ésta madre con un nudo en la garganta cuando las misses le dicen que lo van a extrañar y que ya están muy acostumbradas a sus ocurrencias. Casi me arrepiento y les digo que mejor sí lo inscribo para el próximo año.
Siempre he sido partidaria de las escuelas pequeñas, me gusta que conozcan a mi hijo, que sepan quién es y hasta detalles de su vida y forma de ser. Estoy convencida de que en un grupo de más de 20 niños no hay manera de que le pongan la misma atención a todos. Pero la escuelita en la que estaba ya le quedaba chica y necesitaba un espacio diferente, pero eso sí de grupos pequeños.
Aunque le repito que todos los cambios son buenos, que la vida está llena de estas situaciones en las que hay que dejar atrás personas o lugares, los dos estamos nostálgicos. Si están acostumbradas a leerme ya se habrán dado cuenta que soy de esas personas que le dan significado a todo. Este día no es la excepción y creo que mi menor está dejando atrás una etapa importante de su vida.
Y vienen las angustias . Las eternas angustias de madre. ¿Y ahora? ¿Habremos elegido la escuela correcta? ¿Debimos esperar a que terminara el kínder ahí? ¿Lo van a recibir bien en la nueva? ¿Y si le cuesta mucho adaptarse? ¿Qué tal que no aplican su innovador sistema del que presumen? Y cualquier cantidad de preguntas que uno ni se imagina le pueden pasar por la cabeza. Mismas que si compartes con el papá te responde con un “todo está bien, no pasa nada” y hasta un “solo es kinder”, pero es que no entienden cómo nosotras tenemos maestría en darle todas las vueltas a un mismo asunto. Al final coincidimos en que si no funciona buscamos otra cosa para él, porque solo es preescolar. Madre satisfecha.
El día que fui a inscribirlo dudé tanto que le marqué a mi mamá afuera de la nueva escuela, con papeles en mano y todo listo. Le dije mis dudas y temores, me escuchó y entre muchas cosas dijo una que me dio mucha paz y entonces pude entrar convencida a hacer el trámite. Ahí están las mamás pues, para ayudarle a una aunque ya seas adulto responsable.
Todo este relajo mental-sentimental viene acompañado de la otra angustia; la de las vacaciones. Ocho semanas, según me dice una mama que las contó, ¡Ocho semanas! para cubrir toda esa parte del día a día de la escuela. No es que no sepas qué hacer con ellos o te den ganas de meterlos a un internado, pero dos meses fuera de la rutina son un reto para todos. Padres e hijos.
Si eres mamá que trabaja, como yo, las cosas pueden ser un poco más difíciles. O si es el caso, elegir un curso de verano también es un tema, porque vienen las mismas dudas. Si cuidan bien a los niños, si le gusta, si las actividades son lo que te venden en el folletito, cualquier cosa sirve para angustiarse más y estar en ese estado el 80% del tiempo. ¿No habrá manera de descansar un poco y desconectar el cerebro maternal que piensa de más?.
Entonces resulta que las cosas que parecen sencillas no lo son tanto, que una simple despedida de kinder II y las vacaciones que llegan te dan una nueva tarea en la que debes aplicarte. Son vacaciones para muchos menos para mamá, que siempre encuentra un motivo para que el ratón en la cabeza no deje de girar.
Aprovecho para recordar lo que escribí aquí en Semana Santa. No hay que buscar hacer mil planes y todo un itinerario para satisfacer a los niños en vacaciones. Menos exigencia, más creatividad, porque ellos son felices con que te sientes en el piso a dibujar o a armar mundos con sus legos favoritos. Aunque también aprovecharemos los días que vienen para ir al acuario y al museo de historia natural ?.