Sin importar la especie de animales, la reacción inmediata a una amenaza inminente es por lo general huir o dejar de moverse en un intento de pasar desapercibido. Sin embargo, cuando los padres sienten un amenaza y sus hijos están presentes, su reacción es completamente diferente: buscan protegerlos. ¿Qué sucede en el cerebro de los padres para que estén dispuestos a sacrificar su propia vida para proteger la de sus pequeños?
Un equipo liderado por neurocientíficos del Centro Champalimaud en Lisboa, Portugal, ha descubierto que este cambio radical en el comportamiento de los padres (desde la autodefensa hasta la defensa de sus hijos) depende de la acción de la llamada “Hormona del amor”, cuyo nombre real es oxitocina y es una estructura cerebral específica conocida por su papel crucial en el procesamiento de reacciones emocionales.
La oxitocina es responsable del vínculo entre las madres y sus hijos. Se libera a través de las amígdalas y sólo se presenta cuando los hijos están cerca. Y en el momento en que la madre siente que hay algún problema, se activa de forma exagerada, por eso esa reacción inmediata de proteger a nuestros hijos y hasta dar la vida por ellos.
“Desarrollamos un nuevo experimento que nos permite estudiar el comportamiento defensivo de la madre, ya sea en presencia o ausencia de sus cachorros, y al mismo tiempo probar si la acción de la oxitocina en la amígdala es necesaria para la regulación de este comportamiento”, explicó la directora del estudio Marta Moita.
Dado que la oxitocina actúa sobre muchas partes del cerebro, afectando muchos comportamientos, normalmente es difícil interpretar los resultados al manipular esta hormona. Pero en los nuevos experimentos, dice Marta Moita, “manipulamos un circuito donde sabemos exactamente cómo la oxitocina conduce a la inhibición de la congelación, lo que significa que la madre no se quedará quieta si su bebé está en peligro; peleará hasta las últimas consecuencias para tenerlo a salvo. Así que estamos muy seguros de nuestra interpretación de los resultados del comportamiento “.