Si vives cerca de esos lugares donde todavía se acostumbran fiestas con cohetes y fuegos artificiales, seguro a veces te preguntas si estos sonidos dañan el oído de tu bebé aunque esté en tu vientre.
La respuesta es no, si no te acercas demasiado. Sin embargo, la edad gestacional de tu bebé también es importante. Pero la primera cosa a considerar es tu distancia de la demostración de los fuegos artificiales. Esas coloridas explosiones, pueden alcanzar hasta 155 decibelios y según expertos, cualquier cosa de más de 85 decibelios podría llevar a daños auditivos irreversibles.
La recomendación es poner una distancia de por lo menos 150 metros entre tú y los fuegos artificiales. Así que para estar segura durante el embarazo, no asistas a ninguna fiesta o evento donde se estallen cohetes o este tipo de artefactos.
La investigación científica en el desarrollo del sistema auditivo de un feto demuestra que los efectos de los fuegos artificiales en su niño nonato dependerá de hasta dónde te encuentres. Según un estudio de 2011 publicado en The Anatomical Record, el comienzo de la cóclea humana (la parte del oído interno que procesa el sonido), está presente en los fetos desde las 9 semanas de gestación. Sin embargo, la investigación sobre “la respuesta fetal a un estímulo acústico” publicado en Journal of Reproductive and Infant Psychology muestra que 20 semanas es la edad más temprana en la cual los bebés en el útero reaccionan a los sonidos externos.
Así que si estás en la primera mitad de tu embarazo, debes evitar la cercanía de fuegos artificiales y otros ruidos fuertes, pero no necesitas preocuparte porque tu bebé se sienta asustado o molesto por estos ruidos. Y no olvides que a partir de las 20 semanas, los fetos en el vientre reaccionan a los estímulos de ruido con el movimiento y la aceleración de la frecuencia cardíaca, lo cual no es necesariamente malo (tu bebé está expuesto a una variedad de sonidos y ruidos durante todo el día), pero de nuevo, cuanta más distancia entre tu bebé y los fuegos artificiales, mejor.
