Un nuevo estudio publicado en Child Development encontró que la respuesta emocional y fisiológica de una madre a un bebé infeliz puede predecir qué tipo de estilo de apego establecerá su hijo. En particular, los investigadores descubrieron que, si bien la mayoría de los bebés están firmemente unidos a sus padres, alrededor del 40% de los niños desarrollan apegos inseguros, como el evitar a los padres y corren el riesgo de sufrir problemas como adultos.
Según la Sociedad de Personalidad y Psicología Social, cuando una persona desarrolla apegos inseguros-evasivos, se sienten incómodos con la intimidad y son emocionalmente distantes o no disponibles. Los bebés con vínculos inseguros-evitatorios se mantendrán alejados de sus padres cuando estén trastornados o asustados y reprimirán sus emociones. Por otro lado, el infante con apegos inseguros-resistentes, será inconsolable en tiempos de angustia, incluso cuando su padre intente consolarlo.
En la realización del estudio, los investigadores evaluaron a 127 madres y sus bebés de 6 meses de edad, el seguimiento de su respiración arritmia sinusal (RSA) (o cómo su ritmo cardíaco fluctúa con la respiración) y la expresión emocional al responder a sus niños llorando. Los investigadores hicieron un seguimiento cuando los bebés tenían un año de edad para evaluar sus estilos de apego, utilizando el procedimiento de la situación extraña, una técnica de observación desarrollada a finales de los años 60 donde un niño se separó, luego se reunió, con su padre en una serie de pruebas .
Los investigadores sugieren que las madres que muestran poca emoción pueden hacer que sus bebés se vuelvan más molestos o inseguros, así como aquellas que reaccionan enojadas.
La investigadora Martha Cox, profesora de psicología en la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill, explicó: Este estudio proporciona evidencia de que podemos comprender mejor las experiencias de los bebés y las madres en estos encuentros importantes cuando los bebés necesitan reaseguro y apoyo si consideramos tanto la respuesta emocional de las madres como su regulación fisiológica en estos desafiantes contextos de cuidado.
Hay muchas maneras en que los padres pueden modificar el estilo de apego del niño, lo que afectará sus comportamientos y relaciones más adelante en la vida. De acuerdo con un estudio de 2012 en la Revista Coreana de Pediatría, no sólo sus respuestas fisiológicas y emocionales desempeñan un papel, sino también sus interacciones reales con sus hijos. Los niños que se quedan a llorar “no pueden desarrollar plenamente sus personalidades potenciales y estables, a pesar de su dotación genética normal”.
No todos los niños desarrollarán apegos inseguros de padres que no son tan sensibles y cariñosos. Sin embargo, el estudio sobre el desarrollo del niño al menos les da a los padres una comprensión más profunda de cómo nuestras respuestas afectan a los bebés y cómo ser más conscientes de tus acciones para promover un desarrollo saludable.