Era la 1:00p.m. me había quedado de ver con Trixia Valle frente a mi casa para trabajar en un proyecto que presentaremos próximamente, Lisa se había quedado en mi casa (a 20 metros) con Edith en quien confío plenamente y quien ha trabajado conmigo por 6 años. Regresaría a casa a la 1:15 a darle de comer a Lisa para después salir a radio y hacer el programa que he hecho de lunes a viernes los últimos 6 años de mi vida.
Mientras terminaba de tomar mi té verde, sentí como comenzaba a moverse el piso, volteé a ver a Trixia y nos dijimos: “¡Está temblando!”, agarramos las cosas y salimos corriendo. Tengo que reconocer que no vi nada, mi objetivo era uno: Correr rumbo a mi casa a rescatar a mi pequeña. No recuerdo cruzar las calles, ni siquiera fijarme si el semáforo estaba en rojo o verde, yo iba corriendo por mi hija. Llegando vi a Edith cargando a Lisa quien dormía plácidamente, la cargué, la besé, la abracé mucho… y vi como Edith estaba llorando, temblando: “Lau, sentía que no la sacaba, estuvo muy fuerte”… Tranquila Edi, le respondí mientras me despedía de Trixia, quien trataba de localizar a su familia , pero las líneas estaban muertas. Me quedé en blanco, frente a mi casa veía correr a las mamás que llegaban desesperadas gritando a la escuela a recoger a sus hijos, abrazaba a Lisa con más fuerza.
No me di permiso de llorar, no me di permiso de escuchar, ni siquiera de ver lo que estaba pasando. Solo comencé a caminar hacia el negocio de mi hermano que está en planta baja con acceso directo a la calle, mientras que cargaba a Lisa y a mi pequeña Brave. Iba en blanco, necesitaba ponerlas a salvo. No pensé en mi, logré establecer comunicación con Nazareno, le dije que todo estaba bien, que estaba muy asustada pero que todo estaría bien.
Mientras caminaba veía a todos corriendo, las calles atascadas de coches, las bocinas no dejaban de sonar, las ambulancias pasaban y pasaban, algunos llorando otros caminando tranquilos. Y yo, yo ni siquiera pensaba. Caminaba por inercia, no veía la dimensión de lo que había sucedido. Comenzaron a entrar mensajes a mi celular: ¿Estás bien?, ¿todo bien?, ¿dime que estás bien?… Amigos y familiares se reportaban y ahí me di cuenta de todo.
Me senté a tomarme un vaso de agua, el corazón palpitaba a mil, había llegado a un lugar seguro y ahí comencé a llorar. Me sentí culpable por no haber estado ahí, me sentí culpable por haberme ido 20 minutos… ¿Y si hubiera sido más grave? – No me lo hubiera perdonado. Mi hija estaba perfectamente bien, pero dentro de mi estaba ese sentimiento.
Comencé a ver vídeos devastadores, edificios derrumbándose, madres llorando porque no encontraban a sus hijos, listas de personas desaparecidas, familias sin poder entrar a sus casas, familias que esta noche ya no tendrán hogar para llegar a dormir. Mi corazón se apachurró, una catástrofe natural no se puede predecir comencé a rezar por todas las personas afectadas, agarré a Lisa y la abracé con más fuerza mientras ella seguía durmiendo.
No puedo imaginar el dolor de las madres que el día de hoy perdieron a sus hijos en las escuelas que se derrumbaron. Ellas llevaron a sus hijos como cualquier otro día a la escuela sin imaginar la tragedia que sucedería. A mí también me pudo haber pasado, a ti también.
Pasan las horas y en esta ciudad no hay calma, todas las calles están llenas de mexicanos con ganas de ayudar, con ganas de apoyar, con ganas de salir adelante. Con ganas de demostrar de que unidos saldremos adelante. Unidos nos levantaremos. En casa juntamos lo que teníamos, lo llevamos al centro de acopio más cercano. Todo suma, todos nos necesitan.
No te miento, tengo miedo. No solo tengo miedo de una réplica, tengo miedo de que vuelva a suceder, mañana o pasado o tal vez en 10 días. Tengo miedo al igual que todos los que vivimos este día aquí en la Ciudad de México.
Agradezco con el corazón poder estar en mi casa con mi esposo y mi hija, valoro la oportunidad que tengo de hacerlo y mientras los veo dormir reflexiono: “Nunca sabemos cuando puede ser nuestro último día… seamos agradecidos”.
P.D.1 Estos días México nos necesita, enseñemos a nuestros hijos la importancia de ayudar… Aquí les dejo la información de los sitios que están recibiendo ayuda. https://goo.gl/6FV63v
P.D.2 ¿Cómo lo vivieron ustedes?