Definitivamente el ser padres nos lleva a ajustar nuestras vidas en muchos aspectos, y algunos de ellos son el restringir algunas visitas a lugares donde puede haber sonidos muy fuertes que como sabemos pueden dañar la audición de nuestro bebé e incluso la nuestra a mediano o largo plazo.
El sonido se mide en decibelios (dB), y los profesionales médicos han establecido niveles seguros tanto para la vida diaria como para los ambientes de trabajo.
Para entender cómo funciona la pérdida auditiva inducida por el ruido, es importante saber cómo funciona la audición. Las ondas sonoras entran en el oído externo y viajan a través del canal auditivo. Las olas alcanzan el tímpano, que envía vibraciones a los tres huesos del oído medio llamados el martillo, yunque y estribo. Estos huesos amplifican transmiten los sonidos a través de las vibraciones al fluido en la cóclea. Los fluidos de la cóclea doblan los receptores de pequeñas células, provocando señales eléctricas en el nervio auditivo, que viajan al cerebro. El cerebro traduce estas señales en los sonidos que percibimos y entendemos.
En presencia de sonidos demasiado fuertes, las vibraciones se hacen más grandes, provocando un movimiento de líquido en la cóclea que puede doblar las células ciliadas hasta el punto de romperse. Estas células no son estructuras reemplazables. Las células ciliadas dañadas son incapaces de disparar señales eléctricas al cerebro, impidiendo la audición. Ambos ruidos fuertes pero cortos -como un disparo cercano- y la exposición repetida o continua a ruidos fuertes -como la operación de equipos de construcción- pueden dañar las células ciliadas.
Recuerda que mejor es prevenir, y la sordera inducida por el ruido es permanente, así que lo mejor es proteger los oídos de nuestros hijos desde temprana edad.
Si tus hijos son mayores, o tu mismo escuchas música con auriculares recuerda que estos envían sonido directamente a tu oído y pueden dañarlo.
Tu y tus hijos deben usar tapones para los oídos cuando sepas que estarás cerca de un ruido fuerte. Los tapones para los oídos encajan en el oído externo. Las orejeras se ajustan a todo el exterior del oído. Ambos ayudan a prevenir la pérdida de audición. Otras cosas que hacer incluyen:
Protege a tu hijo de ruidos fuertes . Se consciente de los ruidos en tu entorno y saber qué ruidos son demasiado fuertes y pueden causar daños. Para esto existen aplicaciones que te sirven a medir el número de decibeles a la cual estarás expuesto.
Acude con tu pediatra si sospechas que tu hijo no escucha bien.