Al evaluar cómo fomentar una buena higiene sin avergonzar a tu hijo, tenemos que mirar no sólo la forma en la que les hablamos, sino también las consecuencias de no decirles nada.
El equilibrio entre el lenguaje y el ejemplo es clave para determinar cómo fomentar una buena higiene sin avergonzar a tu hijo. Los niños son mucho más inteligentes de lo que creemos. Recogen todo. Si le estás diciendo a tu hijo que se lave los dientes después del desayuno, pero él nunca te ha visto hacer lo mismo, lo más probable es que no vea la necesidad de hacerlo.
Lo mismo ocurre con otros hábitos higiénicos, como lavarse las manos frecuentemente o lavar los platos. No es sólo eso, sin embargo. La forma en que eliges acercarte a un tema puede servir para que tu hijo se sienta incómodo y avergonzado o informado y autónomo, señaló Psychology Today.
Mientras no uses el lenguaje que incite al miedo, y en su lugar, utilices el lenguaje que informa, tus hijos no se sentirán mal de hacer sus acciones de higiene. El National Childcare Accreditation Council de Australia está de acuerdo:
“Por ejemplo, nunca le diga a sus hijos que están “sucios”; ya que de esta forma suena peyorativo. Mejor hágalo de una forma similar, pero sin ser directo porque eso puede hacerlos sentir mal, puede ser algo como: “Jugaste hoy todo el día en el arenero, por lo tanto lo mejor será que te laves las manos o quizá te des un baño”.
Permíteles que lo hagan por sí mismos. Si bien debes monitorear su habilidad para limpiarse ellos mismos y su ambiente apropiadamente, darles las riendas de hacerlo es valioso para su autoestima. Si necesitan corrección o orientación, trata de recordarles que están aprendiendo y nadie lo consiguió inmediatamente.
También trata de convertido en un hábito. Despertarse, lavarse las manos, desayunar, cepillarse los dientes, bañarse, recoger los cuartos, alguna parte de la casa; todo eso es automatizado. Si logras que se convierta en un hábito instintivo, no hay retroceso y menos casos en los que los puedes avergonzar. Es sólo algo que haces.
Psychology Today señaló que la clave entre la guía y la vergüenza es lo que tus hijos oyen. Si escuchan opciones y autoridad, es más probable que cumplan sin sentirse avergonzados. Sin embargo, si el lenguaje es negativo, y atado en suposición; sólo escuchan el no. Así que trata de ser lo más positiva posible al hablarles de la higiene y verás como tu trabajo dará frutos más rápido.