Tener un bebé es algo hermoso, pero también puede ser bastante traumático. Ese sentimiento puede multiplicarse para las mujeres que tuvieron un embarazo de alto riesgo. Con complicaciones que aumentan la probabilidad de que tú o tu bebé tengan problemas de salud, cualquiera podría sentirse incómoda. Pero si buscas consejos sobre cómo manejar la ansiedad después de un embarazo de alto riesgo, los expertos te pueden ayudar.
“El embarazo puede volver loca a cualquiera”, dice el Dr. Jaime Knopman, cofundador de TrulyMD y director del Centro de Medicina Reproductiva de Colorado en Nueva York. “Al pasar cada obstáculo –primer chequeo del latido del corazón, la detección genética, examen anatómico-, trae un poco de consuelo, pero mirar lo que viene a continuación puede ser aterrador. Además, si hay problemas maternos o fetales subyacentes que pueden complicar el embarazo y el parto, te puedes preocupar todavía más”. Y todo esto puede agravarse aún más si ya has tenido un embarazo de alto riesgo.
Con el fin de navegar sentimientos de ansiedad, la Dra. Allison Hill, certificada por el consejo de obstetricia y ginecología y autora de Tu embarazo, a tu manera, señala que la reducción del estrés debe ser una parte integral de la atención prenatal y posparto.
“Los médicos son reacios a enfatizar el vínculo entre el estrés y los resultados precarios del embarazo porque es difícil determinar exactamente cuánto estrés es demasiado”, dice Hill. “Les preocupa que la discusión en sí misma pueda llevar a las mujeres a experimentar ansiedad por lastimar a sus bebés. Pero preguntar por el estrés puede tener tanta importancia como medir la presión sanguínea o escuchar el ritmo cardíaco del bebé para asegurar un buen resultado tanto para la mujer como para su feto”.
El estrés es inevitable. Discutir el tema del estrés tiene que ser parte de las visitas prenatales de rutina. Los gineco-obstetras deben iniciar la conversación ya que las mujeres embarazadas a menudo se avergüenzan y no son honestas al hablar de cómo el estrés afecta sus vidas. Dado que el estrés tiene un impacto tan negativo en la salud del bebé en crecimiento, la conversación debe ser parte de la atención prenatal durante todo el embarazo y el período posparto también.
Hill dice que los programas de reducción del estrés que ofrecen educación, visitas prenatales más frecuentes y apoyo psicológico, reducen en un 19% la tasa de nacimientos prematuros. Para las mujeres embarazadas y posparto, algunas estrategias simples para sobrellevar o reducir el estrés, como el yoga, el ejercicio, los grupos de apoyo y la educación prenatal, pueden ayudar. Hablar sobre esto con tu pareja, médico o amigos, modificar tu horario de trabajo y ver a un terapeuta también puede ser efectivo. “Las fuentes del estrés deben identificarse cuidadosamente y tomarse medidas para enfrentarlo o reducirlo”, dice Hill.
Knopman está de acuerdo y agrega que los grupos de apoyo y/o los medicamentos también podrían ayudar. “Asegúrese también de expresar sus sentimientos con su doctor para que pueda conectarlo con los recursos correctos”, finaliza.