Una de las primeras cosas que a las personas les gusta contar cuando alguien está esperando un bebé, es que deben despedirse de dormir bien. Aunque su advertencia de presagio puede sonar pesada, la realidad es que el problema de las noches de insomnio puede ocurrir mucho antes de que llegue tu bebé. Saber sobre el insomnio durante el embarazo y cómo abordarlo adecuadamente podría ofrecer cierto alivio. Por suerte, hay maneras de sobrellevar esta inquietud.
Si alguna vez has estado tan cansada, pero no has podido dormir, no estás sola. Según la Asociación Estadounidense del Embarazo (APA, por sus siglas en inglés), un sorprendente 78% de las mujeres embarazadas experimentan insomnio durante el embarazo en algún momento.
Afortunadamente, hay bastantes formas de abordar esta situación, empezando por las posibles causas. “Las fluctuaciones hormonales pueden causar sofocos y sudores nocturnos, creando incomodidad durante el sueño”, dice la consultora de Sleep Train, Hilary Thompson. “Mantenga la temperatura ambiente alrededor de 24 grados centígrados, use un ventilador o use sábanas y almohadas que regulan la temperatura”. Afortunadamente, las tres sugerencias son soluciones relativamente económicas para un desafío temporal.
Identificar la razón por la que no puedes dormir, como estar demasiado caliente, significa que puedes sobrellevarlo modificando tus hábitos para ir a dormir. Revisar las sábanas y la ropa en busca de signos de humedad puede ser una manera bastante rápida y fácil de determinar si el hecho de tener demasiado frío o calor fue la razón por la cual tu sueño no fue muy reparador.
Además de sobrecalentarse, tu cuerpo en constante cambio puede afectar la calidad de tu sueño. “La incomodidad en la cama [es una] razón por la cual el embarazo conduce al insomnio”, señala la psicóloga clínica, la Dra. Lynelle Schneeberg y puede tratarse trayendo almohadas de cuña y de cuerpo, sugiere.
Los cambios simples para mejorar tus posiciones para dormir pueden hacer un gran cambio con el insomnio durante el embarazo. “El embarazo puede causar sueños frecuentes y vívidos, ansiedad relacionada con el dolor del parto o entusiasmo por la llegada de un nuevo miembro de la familia”, apunta el Dr. Craig A. Salcido, gineco-obstetra. “Trata de no preocuparte por quedarte dormida, esto solo aumenta la ansiedad y enfócate en actividades que te ayuden a relajarte”.
Apagar el cerebro puede ser más fácil decirlo que hacerlo, pero crear una rutina constante a la hora de acostarte te brinda estabilidad en un momento impredecible de tu vida.
Además de los problemas de temperatura y comodidad, tus hábitos dietéticos también pueden desempeñar un papel. “No tome bebidas con cafeína entre cuatro y seis horas antes de acostarse y evite las comidas picantes”, dice la experta en sueño y fundadora de Sleep Fitness LLC, la Dra. Martha Cortés.
Asegurarste de que no te molesta el estómago antes de intentar dormir puede aliviar el insomnio, ya sea que estés o no embarazada. Si la acidez estomacal u otros problemas digestivos te mantienen despierta por la noche a pesar de una dieta blanda, puedes intentar dormir apoyada en una pendiente. Si nada parece ayudar y sientes que tu dificultad para conciliar el sueño o para mantenerte dormida no mejora o estás perjudicando significativamente tu vida, no dudes en contactar a tu médico solo para estar segura.