Es práctica común que los médicos realicen análisis de sangre, ecografías y pruebas de detección de suero para detectar anomalías en el nacimiento y otros problemas en las mujeres embarazadas. A veces, sin embargo, estos procedimientos pueden ser invasivos, lo que podría hacer que sea incómodo para algunas pacientes. Pero, gracias a una nueva técnica descubierta por investigadores de California, las imágenes de resonancias magnéticas podrían ayudar a predecir las complicaciones del embarazo, lo que podría cambiar el futuro de la evaluación prenatal.
Científicos de la Universidad de California-Los Ángeles han desarrollado recientemente una nueva forma de escanear la placenta mediante imágenes de resonancia magnética (o IRM) y determinar con mayor precisión la presencia de cualquier problema o defecto, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Magnetic. Según los investigadores, la técnica no invasiva permitirá a los médicos medir la cantidad de sangre que fluye hacia la placenta y llega al útero, lo que les permite comprender mejor la cantidad de oxígeno y nutrientes que sostienen al feto en crecimiento durante el embarazo temprano.
Los científicos de UCLA utilizaron resonancias magnéticas para analizar el suministro de sangre en 34 mujeres embarazadas durante el segundo trimestre, según Medical Xpress. El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano financió el estudio a través de su Proyecto de placenta humana, que es una iniciativa de investigación que examina el papel de la placenta en la enfermedad y la salud.
La nueva técnica permitió a los científicos de UCLA diferenciar entre la función normal y anormal de la placenta, el órgano temporal que usa el cordón umbilical para unir a la madre con el bebé. Al utilizar las imágenes de resonancia magnética para distinguir entre los dos estados, los investigadores pudieron “predecir y prevenir complicaciones más adelante en el embarazo antes de que ocurran los síntomas o las pruebas” en los participantes del estudio.
Una de estas complicaciones relacionadas con la placenta es la correlación entre el tamaño de la placenta y la muerte cardiovascular. Un estudio noruego de 2009 publicado en el American Journal of Epidemiology encontró un vínculo entre la placenta anormalmente grande en relación con el peso al nacer y un mayor riesgo de enfermedad cardíaca mortal en los adultos. Por otro lado, un bajo peso de la placenta se ha asociado con la hipertensión crónica y la presión arterial alta, conocida como preeclampsia, de acuerdo con el departamento de embriología de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
Las pruebas prenatales son vitales para detectar complicaciones al principio del embarazo. Los exámenes de detección del primer y segundo trimestre pueden ayudar a determinar la posibilidad de defectos congénitos, así como otros problemas que afectan al futuro bebé por nacer, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Pero los métodos de prueba actuales a veces pueden pasar por alto problemas importantes, lo que hace que los avances médicos en el cuidado prenatal sean aún más importantes.
Eso es porque, cada año, más de 600 mujeres en los Estados Unidos mueren por causas relacionadas con el embarazo, mientras que 65,000 mujeres enfrentan complicaciones que amenazan la vida, según los CDC. Ese número, informó la agencia de salud pública, solo ha aumentado dramáticamente en los últimos 25 años, a pesar de los avances médicos. La mayoría de las muertes relacionadas con el embarazo se deben a problemas cardíacos, pero las mujeres también a causa de infecciones, hemorragias, coágulos sanguíneos, presión arterial alta y negligencia médica.
Aunque la nueva técnica desarrollada por los científicos de la UCLA puede no resolver el problema de la mala educación entre los profesionales posparto, al menos ayudaría a predecir y prevenir cualquier problema que surja durante el embarazo y todo a través de resonancias magnéticas no invasivas.