Uno de los principales contratiempos de volar puede ser ese horrible dolor de oídos. Y si este dolor de oído durante un vuelo es malo para nosotros como adultos, ¿qué hay de nuestros niños y sus orejitas? Si te estás preparando para viajar pronto, te preguntarás cómo evitar que los oídos de un niño sufran en un avión… o al menos no sufran tanto.
La Dra. Gina Posner, pediatra del MemorialCare Orange Coast Medical Center en California, dice que para ayudar a tu hijo a encontrar alivio, “puede hacer que bostecen, taparse la nariz y exhalar (siempre que no tengan un resfriado, esto puede causar infecciones en los oídos), chupe paletas, mastique chicle y beba líquidos”. ¿Pero qué pasa con los bebés? Son un poco más complicados, pero que amamanten, beban de una mamila o incluso usar un chupón en ascenso y descenso ayuda, según Posner.
¿Cómo funcionan exactamente estos métodos cuando se trata del funcionamiento interno del oído de tu hijo? Posner dice que ayuda al igualar la presión en la trompa de Eustaquio. Una trompa de Eustaquio, de acuerdo con Health Line, es el canal que conecta su oído medio con la nasofaringe, “que consiste en la parte superior de la garganta y la parte posterior de la cavidad nasal”. Bostezar, masticar y beber hace que el tubo se abra y así es como ecualiza la presión.
¿Qué está pasando allí de todos modos que hace que tus oídos se sientan obstruidos? ¿Por qué sucede en un avión y es tan doloroso? “Esto ocurre porque la presión de aire en el oído interno es mayor que la presión en el oído externo y no tiene tiempo para igualar debido al ascenso rápido”, explica Posner.
Entonces para evitar que tus hijos tengan que destapar sus orejas, haz que comiencen con una goma de mascar desde el principio, y que beban y traguen con frecuencia durante todo el vuelo, pero especialmente durante el ascenso y el descenso, dice Posner.
También existen tapones especiales para volar y diseñados para niños, que además venden en casi cualquier supermercado, así que volar con niños no tiene que ser un desastre total y completo, al menos cuando se trata de niños que lloran de dolor porque le duelen los oídos. En cuanto a los que están llorando porque están inquietos y aburridos en un vuelo largo, eso requerirá mucho más planificación que comprar tapones mágicos para los oídos. Pero, al menos no sentirán dolor, ¿verdad? Feliz viaje.