En diciembre, investigadores de la Universidad de Binghamton publicaron un estudio en el Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, según APA PsycNET, en el que analizaron las diferentes formas en que los procesos evolutivos podrían afectar la memoria humana.
Dado que la evolución y la selección natural priorizan cosas como tener bebés y sobrevivir por encima de todo, los investigadores anticiparon que es probable que recordemos mejor la información y los detalles relacionados con nuestra “aptitud evolutiva”, como criar a los hijos y encontrar pareja. Para averiguarlo, los investigadores realizaron una serie de pruebas que evaluaron las habilidades de recuperación de los participantes en diferentes escenarios. ¿Y cuando el escenario involucraba pensar en criar niños? El recuerdo de los participantes realmente mejoró.
El impulso de memoria que experimentaron los participantes durante el escenario de crianza fue similar al impulso que experimentaron durante el escenario de “supervivencia”, lo que sugiere, según The Daily Mail, que nuestros cerebros pueden trabajar más duro para recordar información importante cuando es necesaria para proteger a nuestros hijos.
Pero la crianza de los hijos también parecía tener un efecto particularmente importante en la memoria en comparación con otros procesos evolutivos relacionados. Eso puede parecer sorprendente, pero el distinguido profesor de psicología de la Universidad Binghamton, Ralph Miller, explicó a Psych Central que puede haber una explicación bastante directa.
Nuestra capacidad para memorizar información importante proviene de nuestros sistemas nerviosos, que son, según Miller, “un producto de la evolución y experiencias pasadas”, y están “influenciados por la selección natural que ocurrió entre nuestros antepasados hace mucho tiempo”. Y aunque la selección de pareja es obviamente importante, es posible que nuestros antepasados prehistóricos no hayan podido establecer el vínculo evolutivo entre el apareamiento y la crianza.
En otras palabras, nuestros cerebros están preparados para priorizar la crianza de los hijos, incluso sobre otros procesos evolutivos importantes, y tanto, de hecho, que la memoria y el recuerdo se vuelven más agudos. ¿Entonces por qué es que criar hijos nos deja a muchos de nosotros sintiéndonos, bueno, algo estúpidos? Probablemente se deba a una combinación de factores. Por un lado, los padres (especialmente los nuevos padres) a menudo son privados de sueño, y los estudios han demostrado que la falta de sueño tiene un alto costo en la atención, el rendimiento de la tarea y la memoria de trabajo, de acuerdo con Science Direct.
Pero eso no es todo, al menos para las mujeres. De acuerdo con CBS News, los cambios hormonales en el embarazo y el parto pueden afectar permanentemente la función cerebral de las mujeres y las habilidades de memoria y relación espacial.
Entonces, si bien las buenas noticias pueden ser que la evolución les ha dado a los padres un impulso cognitivo para la supervivencia de la especie, podría no ser exactamente suficiente para compensar el hecho de que la experiencia cotidiana de ser una madre todavía puede hacerte sentir como si hubieras perdido tu cerebro.
Es valioso saber que incluso cuando nos sentimos abrumadas, la evolución nos ha dado una ventaja incorporada para garantizar que somos capaces de hacer nuestro trabajo y proteger a nuestros hijos de daños. Entonces, si bien puede ser muy frustrante olvidarse constantemente de dónde colocas las llaves o dejaste el celular, las posibilidades siguen siendo bastante buenas para que recuerdes las cosas que realmente importan. Y ese es un gran compromiso.