¿Qué tan alto puede ser tu ritmo cardíaco cuando estás embarazada y aún así estar a salvo? De acuerdo con una profesional, puede variar con cada trimestre.
La frecuencia cardíaca materna (MHR) aumenta a medida que avanza el embarazo, explica la enfermera partera certificada Denise Castellanos. Como es de esperar, la altura de la MHR de una mujer es en el tercer trimestre. Después de dar a luz al bebé, su índice volverá a su valor inicial normal durante el período posparto. Pero dado que cada mujer tiene un ritmo cardíaco en reposo que es exclusivo de su propio cuerpo, no hay un solo número que pueda ser el objetivo para todas durante el embarazo. La gestación múltiple (gemelos, trillizos), también puede afectar el MHR.
Hay otros factores que también pueden afectar el ritmo cardíaco de una mujer embarazada, explica Castellanos. Estos incluyen ejercicio, hipertermia (aumento significativo de la temperatura corporal), ansiedad, cambios posturales y cafeína. Entonces, aunque una pequeña variación en la frecuencia cardíaca es normal y no preocupante, existen algunas condiciones que pueden exigir que una mujer busque una evaluación médica adicional. Si una mujer tiene antecedentes de anemia, trastornos de la tiroides, trastornos cardiovasculares, palpitaciones, asma o si toma medicamentos a diario, su proveedor de atención médica debe controlar de cerca su frecuencia cardíaca.
Incluso si una mujer no tiene ese historial médico, debes saber que las complicaciones que surgen durante el embarazo, como fiebre, infección, deshidratación y hemorragia, también pueden afectar su MHR.
¿Cómo sabes cuándo un incidente de aumento del ritmo cardíaco puede ser grave? Castellanos dice que prestes atención a dos cosas: tu aliento y tu pecho. “Las condiciones subyacentes o la aparición repentina de los síntomas asociados con dificultad para respirar o dolor en el pecho requieren atención médica de emergencia inmediata”, aconseja.
Para muchas mujeres embarazadas, un aumento en la frecuencia cardíaca es una preocupación frecuente durante el ejercicio. Mientras que cuidar tu cuerpo y desarrollar energía para el trabajo de parto es ciertamente importante, es normal preguntarte cuánto es demasiado. La recomendación de la comunidad gineco-obstetra es que es saludable que una mujer embarazada haga ejercicio siempre que pueda mantener una conversación mientras lo hace. Si descubres que no puedes hablarle a tu amiga mientras se ejercitan juntas, debes reducirlo un poco.
Con el fin de encontrar tu propia frecuencia cardíaca ideal, Castellanos te aconseja discutir tu historial médico, estado físico y edad gestacional con tu doctor. La partera alienta a las mujeres a encontrar su propia línea de base de frecuencia cardíaca en reposo, señalando que una frecuencia saludable se considera entre 60 y 100 latidos por minuto para un adulto, con alguna variación dependiendo de la condición física. Conocer tu propio cuerpo te da una mejor conciencia cuando las cosas se salen de su curso.
Si tu frecuencia cardíaca se acelera durante el embarazo, probablemente no haya motivos para alarmarte. Si sabes que tienes complicaciones médicas, habla con tu médico sobre el control de tu MHR, pero si simplemente notas que tu corazón se acelera durante el ejercicio o mientras bebes un poco de cafeína, algunos pequeños ajustes harán que te sientas mejor en poco tiempo.