No todos pueden lograr una buena noche de sueño o dormir, con la rodilla de un niño en las costillas. Pero para muchos padres, compartir la cama con su hijo durante toda o parte de la noche funciona. Sin embargo, si tienes un niño al se le ocurre entrar a tu cama a las 3 de la mañana o si ya tiene más de 4 años y te patea toda la noche, es probable que te preguntes hasta qué edad es bueno seguir compartiendo la cama con los hijos.
Compartir la cama, un tipo de convivencia simultánea puede ayudar a evitar que los bebés se sorprendan en la noche e incluso desempeña un papel en la regulación de su temperatura, escribió James McKenna, autor de Dormir con tu bebé: Una guía para padres sobre el cuidado del sueño, en Neuroantropología.
Si bien es posible que los expertos en sueño no dicten que los niños deban dejar de acostarse con sus padres a una edad específica, acuerdan que se debe encontrar una mejor solución si el arreglo no funciona para los padres. “Si no duerme lo suficiente por la noche, como un buen estiramiento prolongado en la noche, entonces debe considerar hacer un cambio”, señala la asesora certificada de sueño infantil Christine Stevens.
Stevens señaló que compartir la cama o dormir juntos debe ser una decisión que toda la familia, es decir, ambos padres, tomen juntos, “porque si a uno de los padres no le gusta, entonces crea resentimiento”. Entonces, si papá está harto del visitante de la medianoche o la mamá no duerme lo suficiente, es hora de hacer algunos planes para mantener a tu pequeño en su propia cama.
Sin embargo, la psicóloga clínica licenciada Kate Roberts informó en Psychology Today que tener hijos mayores en la cama de sus padres puede provocar ansiedad e insomnio conductual según un diagnóstico médico utilizado para describir al 20-30% de los niños que tienen problemas para quedarse dormidos y que terminan en la cama de sus padres en un momento de la noche publicado por la Sociedad Canadiense de Pediatría. Ahí se advierte que el sueño crónico puede generar problemas tanto para los niños como para los adultos que comparten la cama, como pérdida de memoria, fatiga, obesidad y depresión, en gran parte debido a la falta de sueño.
Stevens explicó que el proceso de que los niños duerman en su cama, puede ser difícil: “Cada vez que cambias algo, habrá alguna protesta, pero eso no necesariamente te impedirá cambiar los arreglos de sueño de tu familia si no están funcionando”.
En una entrevista con WebMd, la experta en sueño Dana Obleman, de The Sleep Sense Program, advirtió que mover a un niño pequeño de la cama será mucho más fácil que a un niño mayor. Si tienes un niño pequeño que sale de su cama cada noche, es el momento de comenzar a explicar que los niños grandes duermen en sus propias camas grandes durante toda la noche. Empezar antes puede marcar una gran diferencia al enseñar a tu hijo a permanecer en la cama por la noche.
Obleman sugirió no sentirte demasiado cómoda si intentas ayudar a tu hijo mayor a dormirse por su cuenta: “En lugar de acostarse juntos en la cama, siéntese en la cama de su hijo hasta que se duerma”.
Al final, no importa lo que elijas, todo es cuestión de lo que funciona para tu familia y tú.