La mayoría de las madres imaginan sentir una alegría desenfrenada cuando amamantan a su bebé. Pero cuando se trata de amamantar en la vida real, a veces las cosas no son así. Especialmente al principio, y cuando las cosas se ponen difíciles, la ansiedad, la tristeza y la agitación son comunes. Si te sientes triste mientras amamantas, esto es lo que significa y lo que puedes hacer para sentirte mejor pronto.
“La lactancia materna es una montaña rusa emocional para muchas mujeres”, explica Kristin Gourley, Consultora de lactancia certificada por la Junta Internacional (IBCLC) de Lactation Link. Por un lado, los cambios hormonales posparto, luego los desafíos sociales, psicológicos y fisiológicos de la lactancia materna. “Tanto las madres como los bebés encuentran una gran comodidad en la lactancia”, señala Gourley. Pero cuando no está yendo bien, el dolor y la tristeza pueden ser agudos.
Sin embargo, para un pequeño porcentaje de mujeres, la causa de la tristeza cuando se amamanta es completamente biológica. De acuerdo con Kelly Mom, una condición llamada reflejo de eyección de leche disfórico (D-MER) da como resultado sentimientos de tristeza instantáneos e intensos cada vez que la leche baja. Puedes sentirte agitada, una sensación hueca en la boca del estómago, o incluso desesperanza y temor.
Es un espacio oscuro en que estás cada vez que amamantas a tu bebé. Si te pasa, lo mejor que puedes hacer es contactar a una asesora de lactancia certificada o a tu médico para que te aconseje. Como informó la Australian Breastfeeding Association, los casos leves a moderados de D-MER pueden tratarse con cambios en el estilo de vida. La deshidratación, el estrés y la cafeína también pueden desempeñar un papel. La buena noticia es que los síntomas generalmente se alivian con el paso del tiempo.
Cualquiera que sea la causa de sentirte triste mientras amamantas, es importante recordar que no eres una mala madre. La verdad es que amamantar es difícil. Y cuando las mujeres luchan, no siempre hay mucho apoyo o educación disponible. A pesar de esto, la sociedad aún promueve en gran medida la lactancia materna como la mejor manera de alimentar a tu bebé, e incluso avergüenza a las madres que lo logran.
Como explica Gourley, esa es una receta para unir emociones negativas a un acto esencialmente amoroso. “Cuando se combinan todos estos factores evolutivos, hormonales, protectores, nutricionales y sociales, no es de extrañar que la lactancia materna sea una montaña rusa emocional; hay muchas cosas que influyen en ella y no siempre es fácil”.
Así que si te sientes en un mar de emociones dolorosas cada vez que amamantas a tu bebé, es hora de buscar ayuda. Después de todo, cada mujer merece una relación de lactancia cálida y reconfortante.
“El tiempo posparto no siempre es soleado y con flores”, dice Gourley. “Es el signo de una madre fuerte que puede buscar ayuda con cualquier dificultad que enfrenta”.
Una de las partes favoritas del trabajo de Gourley es ayudar a las mujeres a ver todo lo que ya están haciendo bien, incluso cuando la lactancia es difícil o les da tristeza. “Las mujeres hacen tantas cosas geniales que no se reconocen”, dice ella. Así que si te sientes triste mientras amamantas, busca ayuda. En México existe la Liga de la Leche Materna, donde hay muchas asesoras de lactancia que pueden apoyarte.