El riesgo Muerte Súbita Infantil Inesperada, pesa fuertemente en las mentes de muchos padres nuevos. Las pautas para un sueño seguro, como colocar a los bebés boca arriba para dormir y no darles almohadas o mantas, se pusieron en práctica hace más de dos décadas para reducir este riesgo, pero parece que no están haciendo lo suficiente. De hecho, como ha descubierto un nuevo estudio, la cantidad de bebés que mueren mientras duermen ha aumentado en los últimos 19 años. Los expertos del estudio tienen recomendaciones y esto es lo que quieren que los padres sepan.
Investigadores del Hospital MassGeneral para Niños y el Hospital Newton-Wesley, bajo el investigador principal Joel Bass, publicaron recientemente un estudio en el Journal of Pediatrics. Según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, encontraron 8,869 casos de esta clasificación de muertes infantiles que incluye el Síndrome de Muerte Súbita del Infante (SMSL), más comúnmente referido, se registraron entre 1995 y 2014.
Estas muertes se dividieron en neonatales, los primeros 27 días de vida y posneonatales, desde los 28 días hasta el primer año. El número de muertes causadas por asfixia o estrangulación de ambos grupos aumentó drásticamente durante los años examinados. Los casos neonatales de SMSL aumentaron del 2% a casi el 23% y los postneonatales del 3,5% al 25%, según Science Daily.
Joel Bass explicó en un comunicado de prensa que el número está subiendo:
“La frecuencia de Muerte Súbita Infantil Inesperada en el primer mes de vida es más alta de lo que generalmente se reconoce. En realidad, ha habido un aumento dramático e inesperado en las muertes atribuidas a la asfixia tanto en recién nacidos como en bebés de hasta 1 año de edad, y estas muertes son potencialmente evitables”.
El coautor del estudio, Ronald Kleinman, dijo a Science Daily que una explicación posible de las muertes frecuentes podría ser que los padres no reconocen la importancia de las posiciones para dormir.
James McKenna, antropólogo biológico y director del laboratorio de sueño conductual madre-bebé en la Universidad de Notre Dame, dijo a USA Today que los bebés amamantados son más seguros cuando pueden “dormir bien” o dormir con sus padres. Cuando las familias duermen de esta manera, McKenna explicó que dormir juntos ayuda a los bebés a regular su ritmo cardíaco, metabolismo, presión arterial y temperatura. “El hábitat del bebé es el cuerpo de la madre”.
McKenna ve el dormir junto al bebé como algo positivo, de acuerdo con USA Today, porque hace el sueño ligero, mientras el sueño profundo pone en peligro a los recién nacidos porque les dificulta la regulación de la respiración y el despertar. Por el contrario, culpa a las políticas del hospital que restringen la discusión de compartir la cama y llevan a un gran número de padres a hacerlo sin una educación adecuada en materia de seguridad.
Kleinman apuntó a las campañas que desaconsejan el uso del chupón como otro factor en las muertes infantiles, ya que se ha descubierto que éstos reducen el riesgo de SMSL. Algunos expertos temen que su uso temprano produzca confusión en los pezones, sin embargo, Bass y Kleinman apuntan a información contradictoria y opiniones de expertos divergentes como áreas de debilidad para atacar la muerte súbita infantil inesperada por sueño y recomiendan investigaciones nuevas a favor del chupón.