En un estudio reciente, investigadores encontraron que más del 90% de un grupo de mujeres embarazadas en Indiana Central tenían niveles detectables del herbicida glifosato, un ingrediente activo en varios pesticidas de uso frecuente, en su sistema
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Indiana y la Universidad de San Francisco, fue el primero de su tipo en examinar los niveles de glifosato utilizando la orina como una medida directa de la exposición. Y sus resultados de que más del 90% de las mujeres estudiadas llevaban niveles detectables de glifosato, lo cual es preocupante, porque estudios en animales encontraron que la exposición en el útero al glifosato se relaciona con defectos de nacimiento y pérdida fetal en otros mamíferos. En ratas dieron riesgos de toxicidad fetal, como corazones dilatados y anomalías viscerales; en conejos vieron muertes embrionarias tardías.
No se han realizado estudios previos sobre el efecto del glifosato en el embarazo humano, pero los investigadores de este estudio informaron que sus niveles elevados se correlacionaron con una longitud gestacional más corta. “Hay una creciente evidencia de que incluso una ligera reducción en la duración gestacional puede llevar a consecuencias adversas para toda la vida”, dijo Shahid Parvez, investigador principal del estudio a Science Daily.
Si bien este estudio debe repetirse con una muestra más amplia y diversa, el método de exposición al glifosato necesita más discusión. Según Parvez, ninguna de las muestras de agua potable mostró residuos de glifosato, lo que significa que es probable que el químico se haya eliminado en el proceso de tratamiento del agua. Sin embargo, la mala noticia es que probablemente el criminal sea la ingesta dietética, como bebidas con cafeína y alimentos genéticamente modificados.
El glifosato ha aparecido en los medios antes, principalmente debido a su conexión con Monsanto, una compañía agrícola moderna. En una reciente entrevista para Acres USA, Carey Gilliam presentó la historia del químico, que fue sintetizado originalmente por el químico suizo Henri Martin en 1950 durante una búsqueda de nuevos productos farmacéuticos. Según Gilliam, Monsanto es famoso por tratar de influir en las agencias públicas y controlar los datos.
La historia pública de Monsanto es larga y compleja, lo que dificulta el seguimiento de los verdaderos efectos del glifosato. Pero, como se muestra en el estudio más reciente, las personas están ingiriendo altas dosis de este químico y es hora de que los investigadores comiencen a analizar los efectos que tendrá en las generaciones futuras. Quizás, con suficientes voces, los datos reales tendrán la oportunidad de quedarse.