Durante los últimos 15 años, investigadores han dedicado cada vez más tiempo a conocer los cambios fisiológicos en la madre durante el período de lactancia, mientras que anteriormente habían dado primacía al estudio del bebé. Un estudio realizado por la International Pediatric Research Foundation descubrió que hubo cambios significativos en el volumen de sangre en el cerebro antes y durante la lactancia, así como el inicio de un patrón fluctuante de liberación de oxitocina que corresponde al reflejo de eyección de la leche provocado por la succión del bebé.
En pocas palabras: tu cuerpo empuja una tonelada de hormonas de unión mientras llena tu cerebro con sangre cuando amamantas.
Se postula que esta avalancha de sangre y oxitocina son responsables de la euforia que muchas mujeres afirman experimentar durante la lactancia. Más razonablemente, es probable que este refuerzo correspondiente en la sangre y los productos químicos sea un factor que contribuya a un vínculo materno saludable entre la madre y el bebé, según el estudio.
La razón por la cual esta investigación detrás de las cosas fascinantes que ocurren en el cerebro durante la lactancia es tan importante es que, según Pediatric Research, “comprender las respuestas fisiológicas durante la lactancia puede ayudar a los médicos a distinguir entre las madres que establecen relaciones madre-hijo normales durante la lactancia aquellas madres que no lo hacen, lo que permite a los médicos ayudar a las madres a establecer patrones normales de amamantamiento”. Esto es crucial para el tratamiento de la depresión posparto, así como para el tratamiento adecuado de mujeres con afecciones médicas preexistentes como el trastorno bipolar.
Tampoco es solo el lóbulo frontal. La prolactina, una hormona del área preóptica medial del hipotálamo (el centro del cerebro), se ve muy afectada por el inicio de la lactancia, según un estudio en PNAS. “Las respuestas conductuales inducidas por prolactina en el cerebro materno son igualmente importantes (como lo son en el proceso de producción de leche y durante la reproducción) para garantizar la supervivencia de los descendientes de mamíferos”.
Es esencialmente otro mecanismo de unión que, cuando se activa, ayuda a aliviar el estrés de la crianza y la lactancia, y cuando disminuye debido a algún error del cuerpo, este proceso se interrumpe, lo que abre hipótesis relacionadas con la vinculación y la depresión.
Otra de las cosas fascinantes que sucede en tu cerebro cuando amamantas es que el aumento del flujo sanguíneo en el cerebro ocurre en el mismo lado del que amamantas. Se llama respuesta ipsilateral. Eso significa que si tu bebé está en tu seno derecho, el lado derecho de tu corteza frontal recibe más sangre. Pero, ambos lados obtienen más oxitocina, según Pediatric Research.
Además, esa descarga de oxitocina y prolactina comienza incluso antes de que tu bebé tome tu leche. Es tanto una respuesta a tus emociones como a su succión. Escucharlos llorar, verlos comer, hacer muecas, todos contribuyen a la avalancha de sangre y productos químicos, de ahí que tus pechos se llenen de inmediato cuando lo oyes llorar.
Según la investigación, el golpe uno a dos de prolactina y oxitocina aumenta las hormonas ya aceleradas de la crianza de los hijos, haciéndote más a tono, protectora y empática con tu bebé, según el libro de texto, Alimentación del lactante y del niño pequeño.