Tienes un nuevo bebé y no puedes dejar de mirarlo. Es adorable y absolutamente perfecto. Excepto que miras un poco más cerca y notas que algo anda mal: sus hermosos ojos se ven un poco acuosos. ¿Por qué los bebés tienen ojos llorosos cuando no están llorando y qué debes hacer al respecto… es posible que su visión se arruine de por vida?
Si bien es posible que las alergias al polen o una infección ocular estén causando los ojos llorosos, el culpable más probable es un conducto lagrimal bloqueado. A pesar de sonar como lo hacen, los conductos lagrimales no producen lágrimas, se llevan las lágrimas. La Clínica Mayo lo comparó con la forma en que un desagüe de tormenta arrastra el agua de lluvia. “Las lágrimas normalmente drenan en la nariz a través de pequeñas aberturas (puncta) en la parte interna de los párpados cerca de la nariz. En los bebés, el conducto lagrimal puede no estar completamente abierto y funcionando durante los primeros meses de vida”.
El Dr. William Sears, un destacado pediatra, dijo a Parenting que casi la mitad de los bebés en su consultorio tienen bloqueados los conductos lagrimales. Mientras que algunos recién nacidos mostrarán signos de esto en las primeras semanas de vida, la Dra. Michelle Bischoff, pediatra en Canadá, explicó a Today’s Parent que a veces es posible que no veas los efectos de los conductos bloqueados hasta semanas o meses después del nacimiento. Algunos bebés pueden tener este problema en un ojo, pero otros pueden experimentarlo en ambos.
¿Esto significa que tienes que ir directamente al médico por temor a dañar su visión de por vida? Absolutamente no. La situación a veces se resuelve sola, pero podría ser útil y darte tranquilidad hablar con el pediatra de tu bebé. Mientras tanto, hay cosas en el hogar que puedes hacer por tu pequeño. El Dr. Sears sugirió a Parenting que los padres tomen un paño limpio y suave y que limpien suavemente la secreción.
Luego, usa una yema del dedo bien frotada para masajear las esquinas de los ojos que están más cerca de la nariz, donde convergen los conductos lagrimales, “moviendo la yema del dedo en un semicírculo desde la esquina del ojo hacia la nariz”, de acuerdo al Dr. Sears. Recomendó repetir estos cinco o 10 golpes, seis veces al día, y convertirlo en parte de la rutina diaria. Durante el masaje, es posible que veas algo de mucosidad en la nariz de tu bebé, pero esto es perfectamente normal y nada alarmante.
Todavía existe la posibilidad de que los ojos acuosos sean producto de polen u otras alergias en el aire o conjuntivitis, aunque con ambos se puede ver enrojecimiento además de los ojos llorosos. Si crees que este podría ser el caso, sería beneficioso hablar con el médico de tu hijo para ver si cree que sería útil realizar más pruebas. También podría haber una razón ridículamente simple para el desgarro excesivo: un objeto extraño como una pestaña podría irritar el ojo del bebé, mencionó Mom Junction.
La buena noticia es que todos estos problemas son temporales, y los conductos lagrimales de tu bebé deberían ponerse en marcha a tiempo y ya no verás esos ojos llorosos… bueno sí, cuando les toque llorar.