Imagina esto: es un lunes por la noche. Estás cansada y hambrienta, y no tienes ganas de cocinar. Entonces decides pedir una pizza. Pero esa pizza tarda una eternidad en ser entregada, y en este punto, estás tan hambrienta que estás a punto de comenzar a aventar cosas por toda la casa y gritarle al que se te ponga enfrente. Es lo que pasa con la ira inducida por el hambre: puede ser tan intensa que haces cosas ridículas. Pero gracias a un equipo de investigadores, la ciencia finalmente sabe por qué te da tanto enojo.
Un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Emotion, encontró que dos factores clave, el contexto y la autoconciencia, juegan un papel en si tener hambre provocará enojo, de acuerdo con NPR. En particular, investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill realizaron dos experimentos en línea, uno visual y otro escrito, en los que participaron más de 400 personas y descubrieron que los factores ambientales y no estar en sintonía con tus propias emociones pueden influir en tu hambre se convierta en ira, informó NPR.
Los investigadores mostraron a los participantes imágenes que se clasificaron como positivas, negativas o neutrales, según POPSUGAR. Se les pidió que evaluaran tanto la imagen como el hambre que sentían al mirarla, y lo que los investigadores descubrieron es que cuanta más hambre sentían las personas, más probabilidades tenían de calificar una imagen neutral como negativa.
La investigadora principal Jennifer MacCormack, doctorante de psicología y neurociencia en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo sobre los hallazgos, según POPSUGAR:
“Parece haber algo especial acerca de las situaciones desagradables que hace que las personas recurran a sus sentimientos de hambre más que en situaciones agradables o neutrales”.
En el segundo experimento, los investigadores dieron instrucciones a un grupo de participantes para ayunar durante cinco horas o más, y al otro grupo para comer, antes de comenzar la prueba, informó NPR. A esos dos grupos se les pidió que escribieran un ensayo sobre sus emociones o sobre un día neutral y sin emociones. Luego, tuvieron que pasar por un largo y complejo ejercicio de computadora que incluía círculos de colores, solo para que apareciera “la pantalla azul de la muerte”, MacCormack le dijo a NPR.
Lo que encontraron fue que, aunque todos los participantes estaban un poco molestos por el experimento, solo los hambrientos que no escribieron sobre sus emociones estaban bastante enojados por eso, informó NPR.
Entonces, ¿cómo puedes controlar tu enojo? MacCormack sugirió que las personas se vuelvan “un poco más conscientes” de sus propios sentimientos de hambre, según POPSUGAR. Ella continuó: “Esto significa que es importante cuidar nuestros cuerpos; prestar atención a esas señales corporales y no descartarlas, porque no importan solo para nuestra salud mental a largo plazo, sino también para la calidad cotidiana de nuestras experiencias psicológicas, relaciones sociales y desempeño laboral”.
Así que ahora lo sabes: si tienes mucha hambre… ¡come algo! Es importante para tu cerebro y para que no tener ataques de ira.