Hay mucho riesgo al beber de un biberón por un período de tiempo prolongado que después como mamá deberás pagar con tratamientos dentales costosos. Un estudio reciente sobre los efectos de la alimentación prolongada con biberón publicado en Nutrición Materna e Infantil encontró que los niños que usan mamila después de la edad de 1 año, terminan bebiendo más calorías que sus contrapartes que toman de tacita entrenadora.
Esto a su vez puede conducir al desarrollo de más tejido adiposo (grasa) en el niño pequeño, lo que lleva a un mayor riesgo de obesidad más adelante en la vida.
Los efectos de la alimentación prolongada con biberón también se observan en los dientes. La higienista dental Amy Bloomberg de la ciudad de Nueva York y dice: “Vemos caries una y otra vez en los niños que usan biberones durante tiempo prolongado. Debido a que constantemente los mastican o los chupan, esa leche hace una especie de “piscinas” en la boca y se come el esmalte de los dientes, causando caries”.
Ella dice que ven mucho de lo que se refieren como “pudrición de botella”, lo que significa que los dientes del bebé se están pudriendo literalmente en los azúcares en la leche al chupar la mamila.
También es un círculo vicioso. Rachel Gooze, un Ph.D. candidato en salud pública en el Centro de Investigación y Educación sobre Obesidad de Temple University, dijo a HealthDay: “Definitivamente reconocemos que detener el biberón a un año de edad no es fácil, y detenerlo a los 2 años de edad puede ser aún más difícil”. Cuanto más esperes, más difícil será detenerse y los problemas se agravarán. Así que intenta ir quitándola de forma gradual, para que el cambio no le cueste tanto a tu pequeño.
Y esos problemas incluyen desarrollar una sobremordida o una mordida cruzada, cosas conocidas como problemas de “desarrollo oclusivo”. Según la revista BMC Pediatric, los niños que usan una botella más allá del primer año de vida tienen un riesgo mucho mayor de mordedura o dientes mal alineados. Los investigadores encontraron que “el aumento de la duración de la alimentación con biberón puede contribuir al desarrollo inadecuado de la mandíbula, y que los hábitos de succión no nutritivos pueden ser un factor dominante y perjudicial en el desarrollo de problemas oclusofaciales”. ¿O sea? Les deforma la mandíbula y los dientes.
Al final, hay pruebas más que suficientes para no dejar por tiempo prolongado la mamila, sobre todo después del primer año, a pesar de que a veces sea muy difícil quitárselas.