Hay mucho que saber sobre las picaduras de mosquitos en bebés, pero no te preocupes, no son tan malas como pensabas.
Según la Dra. Geraldine Summa, pediatra certificada por la junta directiva del Summit Medical Group: “la mayoría de las veces, la picadura de insecto causa malestar temporal y reacciones leves”.
Es común cierta picazón e hinchazón leve”. La Clínica Mayo señaló que la mayoría de los médicos pueden identificar y diagnosticar una picadura de mosquito, y que la mayor molestia de éstas en los bebés es la picazón e irritación causada por las propiedades inflamatorias del feo chupasangre.
Existen algunos riesgos asociados con las picaduras de mosquitos, pero el Hospital de Niños de Seattle señaló que en realidad son bastante raros. Sin embargo, si tu hijo está letárgico, tiene una erupción que se extiende por la picadura, experimenta fiebre o dolor de cabeza, o si su intestino te dice que algo anda mal, llévalo al médico. Si está apático o no responde, Seattle Children’s dice que marques o vayas a urgencias.
La principal preocupación con las picaduras de mosquitos en ciertas zonas del país, es contraer el Virus del Oeste del Nilo. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la mayoría de las personas, incluso niños, serán asintomáticos del virus, aunque lo contraigan. Solo aproximadamente una de cada 150 personas que entran en contacto con el virus tendrá algún problema.
Sin embargo, cuando lo hacen, puede ser mortal. Normalmente se convierte en un problema del cerebro, causando encefalitis o meningitis. Según el CDC, los “síntomas de una enfermedad grave incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, estupor, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular, pérdida de visión, entumecimiento y parálisis”. En general, la población de mayor riesgo para estos problemas son personas mayores de 60 años y sorprendentemente, según el CDC, los niños no son tan propensos a enfermarse con este virus.
En el caso de los mosquitos en bebés, lo mejor es prevenir. Ya sea usando una malla para cubrir el cochecito de tu bebé, evitando el exterior al amanecer y al atardecer, cuando los insectos son más activos, o el uso de repelente, la clave es no dejarlos pasar.
La Dra. Gina DiRenzo-Coffey, pediatra en el Hospital Boys Town, dijo sobre el repelente de spray: “nos preocupamos por cualquier producto químico que se pondrá en la piel de su bebé. Número uno, que podría ser irritante para la piel del bebé, pero también hay algo de absorción que puede ocurrir”. Ella enfatiza que debes hacer la elección correcta de repelente, y no ponerlo en bebés menores de 2 meses de edad y que debes rociarte las manos, y aplicarlo a la cabeza, piernas, tronco y pies de tu bebé, pero evitar la cara y manos para que no termine en la boca.
El Hospital Infantil de Seattle te recomendó que trates de evitar que tu bebé se rasque manteniendo las uñas cortas, porque la piel abierta engendra infecciones. También puedes aplicar una compresa fría o una crema de hidrocortisona de venta libre. Llama al pediatra si te preocupa, pero es más que probable que sólo tengas que lidiar con un bebé de mal humor que quiere rascarse.