De acuerdo con la ginceco obstetra de Santa Monica, la Dra. Yvonne Bohn, los estudios muestran que en realidad no hay cambios estructurales en el cerebro durante el embarazo. “Sin embargo, los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo son dramáticos”, afirma. “Los niveles de estrógeno y progesterona aumentan rápidamente, causando múltiples síntomas fisiológicos que van desde náuseas, anorexia, fatiga e insomnio. La falta de sueño y la fatiga pueden conducir a problemas de olvido y cognición, lo que posiblemente lleve al infame cerebro de mamá.
Entonces, ¿qué pasa si todavía estás experimentando el cerebro de mamá mucho después del embarazo? Bohn dice que cualquier cosa que cause un sueño interrumpido puede afectar la cognición y la memoria. ¿Sueño interrumpido? O sea… ¿todo lo que implica la maternidad?
Pero incluso después de que tus hijos duermen constantemente toda la noche, cuando pensamos en todas las cosas que hacen las mamás modernas, no es de extrañar que hayamos perdido la cordura. Es hora de respetar el cerebro de mamá. Por eso, echemos un vistazo a las otras causas reales de que tengas este nuevo cerebro.
1 Construyes un ser humano desde cero:
Tu cuerpo está haciendo cosas increíbles cuando crece una nueva vida. Fisiológicamente hablando, estás obligada a recibir un golpe cuando se trata de los efectos de esas hormonas de bombeo, así que dale un respiro al cerebro destruido.
2 El hecho que sacas de tu cuerpo a esta personita:
Trajiste a un ser vivo al mundo. Eso afecta tu cuerpo y mente, y las hormonas posparto son notorias por hacer que tus pensamientos se sientan borrosos. Lo peor pasará dentro de las seis semanas, pero algunas mujeres juran que nunca vuelven a ser las mismas.
3 Eres responsable personalmente de otra persona:
Una autoevaluación fácil para tu riesgo de un caso de cerebro de mamá podría ser: ¿Cuántos pañales has cambiado hoy? Aunque no lo creas, vaya que eso afecta la mente.
4 Debes mantenerte al día con 30,000 citas:
Si tienes más de un niño, te sientes especialmente dura. Cada vez que pestañeas, alguien tiene un chequeo. Mejor prepara ese calendario de antemano o no tendrás oportunidad.
5 Escuchas tu nombre repetido todo el día… o la palabra “mamá”:
Esta es una forma verificable de tortura, ¿verdad?
6 Vives privación de sueño:
Los cerebros necesitan dormir para funcionar correctamente. Pero por alguna extraña razón, tú funcionas con 6 horas de sueño… si te va bien.
7 Te la pasas buscando el zapato perdido perpetuamente:
Es una regla de la infancia que los zapatos iguales nunca, nunca se quedan en el mismo lugar. Eso haría tu vida demasiado fácil.
8 Te la pasas inventando consecuencias cuando no tienes nada que hacer:
Te pones a pensar de la nada en las cosas que quieres hacer, pero de inmediato les encuentras consecuencias o problemas.
9 Te pierdes en la pila de ropa que no se ha lavado:
¿Quién puede esperar pensar con claridad cuando tienes un monte tremendo con la ropa de la familia entre tú y el mundo exterior?
10 Amas a alguien por encima de todo y todos:
Sí, aunque no lo creas, ese gran amor por tu bebé también influye en tu cerebro de mamá. Pero hace que todo valga la pena.