Las mujeres que esperan un parto vaginal después de una cesárea están particularmente interesadas en descubrir cómo lograr una estimulación del parto para que sea natural. Si encuentran un médico que autorice el procedimiento, muchas mujeres pueden ver frustradas sus esperanzas cuando el trabajo de parto no comienza naturalmente, pero se puede lograr.
En primer lugar, es importante hablar con un médico o partera antes de realizar cualquier remedio en el hogar para comenzar el trabajo de parto. Cada cuerpo y bebé es diferente, y algunos métodos conllevan riesgos que primero deben ser aprobados por un experto.
“Cada mujer tiene su propio conjunto de problemas de salud, circunstancias socioeconómicas y traumas pasados (de una cesárea anterior) [que] desempeñan un papel”, dice Rachel Hart, una partera certificada, que dirige una práctica de parto en el hogar en el norte de Georgia. “Las mujeres necesitan poder decir lo que piensan y sentirse escuchadas”.
Una vez que las futuras mamás aclaran dudas, es más seguro quedarse con métodos más inocuos de estimulación del parto porque si tu cuerpo no está listo, no funcionará ninguna cantidad de intervención. La ruptura uterina es real, aunque el riesgo es pequeño, y forzar una incisión previa aumenta tu riesgo a una posibilidad en 500, según la Asociación Estadounidense de Embarazo.
El sexo parece ser la medida más directa e inofensiva para la estimulación del parto, gracias a las prostaglandinas en el semen que madura el útero, según un estudio realizado por The Cochrane Pregnancy and Childbirth Group. Algunas sesiones en el saco, combinadas con un orgasmo o dos que libera oxitocina, la misma hormona que estimula las contracciones, podrían poner a un cuerpo dispuesto en el camino hacia el trabajo de parto.
“Definitivamente el sexo es la primera opción”, dice la doula Lisa Maltz. Ella dirige la práctica basada en Nueva York Birth Your Own Way. También recomienda reservar una sesión con un quiropráctico para alinear la pelvis y aliviar la presión de la columna vertebral y los ligamentos para ayudar al bebé en la pelvis, conocida como la técnica de Webster.
Desarrollada por el fallecido Larry Webster, DC, fundador de la Asociación Internacional de Pediatría Quiropráctica, se sospecha que el método también libera hormonas para estimular el trabajo de parto. Y una buena noticia para futuros embarazos es que la Asociación Estadounidense de Embarazo dice que no hay ninguna razón para abandonar una realineación durante el embarazo y los quiroprácticos están capacitados para trabajar de forma segura con mujeres embarazadas.
Superar el miedo a las agujas y reservar una sesión con un acupunturista también podría acelerar el proceso. Un estudio de 2017 del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto descubrió que si bien el método no reducía las tasas de cesáreas, ayudaba al cuello uterino hacia la madurez.
Maltz dice que lo más importante para recordar es relajarte. Ella dice que otras alternativas beneficiosas podrían ser caminar u otra forma de ejercicio liviano, rebotar la bola, hipnoparto, o pedirle a tu obstetra un barrido de membrana, donde un médico separa manualmente el saco amniótico de la pared uterina. Ella sugiere que repetir las afirmaciones y hacer ejercicio puede ayudar a las futuras mamás a mantenerse frescas antes del parto.