Ante el mundo, parece que hay muchos beneficios de vivir en Estados Unidos, pero recientemente, un nuevo informe sorprendente encontró que dar a luz en este país es el “más peligroso” entre las naciones desarrolladas. Estos hallazgos provienen de un estudio a largo plazo dirigido por Alison Young para USA Today.
El problema gira en torno a los procedimientos simples, que aún no son protocolos estándar en los Estados Unidos y podrían ayudar al personal médico a determinar si una mujer está en riesgo después del nacimiento, como Young informó para USA Today. Ejemplos de protocolos simples incluyen, “pesar almohadillas con sangre” para determinar la cantidad de sangre perdida y proporcionar medicamentos rápidamente después de ver la presión arterial elevada para proteger contra accidentes cerebrovasculares.
Si bien gran parte del mundo desarrollado ya ha abordado el tema de la mortalidad materna, Estados Unidos se ha quedado rezagado, como lo han encontrado investigaciones anteriores. Eso ha resultado en un fuerte aumento de las muertes posteriores al nacimiento desde 1990, mientras que Alemania, Francia, Inglaterra y Japón han experimentado un descenso constante, según The Lancet. La investigación mostró que la hemorragia y los trastornos hipertensivos eran las dos principales causas de muerte materna en el mundo desarrollado, con causas más complejas como la sepsis y el embarazo ectópico muy atrás, según The Lancet.
Poner en práctica protocolos seguros es posible, concluyó el equipo de USA Today. La excepción a su investigación mostró que California ha tenido una disminución en la mortalidad materna mediante la estandarización de prácticas simples que ayudan con la intervención rápida, como informó Vox.
El equipo de investigación de USA Today obtuvo más de medio millón de páginas de registros hospitalarios internos, según informó la publicación. Se enfocaron en casos de más de 150 mujeres y se contactaron con 75 hospitales para determinar qué tipo de procedimientos de seguridad de parto estaban vigentes. Y los resultados fueron impactantes: menos de la mitad de las pacientes que estudiaron fueron tratadas rápidamente para presión arterial alta y registros del hospital revelaron que menos del 15% de nuevas madres recibieron intervención por sus problemas.
Parte del problema radica en el hecho de que los hospitales tienen que establecer sus propios protocolos. No existe un sistema nacional de requisitos, de acuerdo con Cosmopolitan, ni de seguimiento de las muertes maternas, que es cualquier descuido. USA Today señaló en su informe que Medicare y Medicaid han hecho esfuerzos para exigir una mejor atención a las personas mayores, y lo mismo debería hacerse en el caso de las mujeres embarazadas.
Tristemente, hasta que estas prácticas se conviertan en protocolo estándar, parece que corresponde a las pacientes abogar por un cuidado de primera categoría. Y tratándose del país vecino y del que más tomamos ideas en materia de educación, salud y comercio, es triste pensar que con ellos presentando problemas así, la situación de México es todavía más terrible respecto a atención a embarazos y nuevas madres.