Los casos de sarampión han aparecido en las noticias recientemente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han registrado más casos de sarampión en Europa en los primeros seis meses de 2018 que en cualquier otro período de 12 meses de esta década. Naturalmente, cuando las personas comienzan a usar la palabra “brote”, los padres se ponen nerviosos en todas partes. ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Acaso el sarampión viene con fiebre?
Primero lo primero, ¿qué es el sarampión, exactamente? Probablemente hayas visto fotos de bebés y niños llenos de manchas rojas de aspecto agresivo, pero ese es solo uno de los muchos síntomas. Según la OMS, el sarampión es “una enfermedad viral altamente contagiosa”. Se transmite a través de gotitas de la nariz, boca o garganta de una persona infectada. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), se disemina a través de la tos y estornudos.
Por lo general, los síntomas aparecen de 10 a 12 días después de haberse infectado. Los primeros síntomas suelen ser secreción nasal, lagrimeo, ojos inflamados y, sí, fiebre alta. La tos a menudo estará presente durante estos síntomas iniciales también. Unos días después de que aparecen estos primeros síntomas, aparece la erupción que la mayoría de nosotros asociamos con el sarampión. Según el CDC, estas manchas rojas son generalmente planas al principio, aparecen en cara y cuello, y gradualmente se mueven hacia el resto del cuerpo hasta los pies.
Cuando aparece la erupción, la fiebre aumenta. El CDC informa que esta fiebre incluso puede subir a temperaturas superiores a 38 grados. Si notas alguno de estos síntomas en tu hijo, es importante que llames al pediatra lo antes posible. El médico podrá crear un plan para proteger a tu hijo y a la familia. Si crees que tu hijo tiene sarampión, mantenlo alejado de la escuela y de lugares públicos.
La buena noticia es que la mayoría de las personas se recupera completamente después de haberse infectado con el virus del sarampión. Sin embargo, según la BBC, otros pueden experimentar complicaciones extremadamente graves, desde encefalitis hasta hepatitis. La OMS informa que se estima que 450 niños mueren cada día por sarampión. Los niños menores de 5 años y las mujeres embarazadas son particularmente susceptibles a las complicaciones.
La forma más efectiva de detener la propagación del sarampión es a través de la inmunización. Según el CDC, “el sarampión fue declarado eliminado (ausencia de transmisión continua de la enfermedad por más de 12 meses) de Estados Unidos en 2000. Esto fue gracias a un programa de vacunación altamente eficaz, así como a un mejor control del sarampión en toda América. Tristemente, un estudio desacreditado de años atrás, llevó a algunos a creer erróneamente que las vacunas pueden causar autismo… y por lo tanto, decidieron no vacunar a sus hijos.
Hay otras maneras de prevenir el sarampión si ya vacunaste a tu familia. Fomenta hábitos saludables, como lavarte las manos regularmente, cubrirte boca y nariz al estornudar o toser, usar desinfectante de manos y evitar contacto con personas enfermas.
Aunque no cada fiebre y secreción nasal es sarampión, ten en cuenta los síntomas a buscar. Si detectas cualquier síntoma en tu hijo o en ti, evita el contacto con otros y habla con un médico.