Para madres que trabajan, poner a su bebé en la guardería es a menudo una de las partes más difíciles y emocionales de la nueva maternidad. Nunca es fácil dejar a tu bebé en manos de otra persona, sin importar cuán capacitados o calificados sean, y es natural preocuparte de que sea mejor que se quede en casa contigo. Por eso, es crucial saber qué datos científicos confiables hay acerca de cómo la guardería afecta el cerebro de tu bebé, para bien o para mal.
Como ha señalado un artículo en Psychology Today, ten en cuenta que puede haber variaciones importantes entre un centro de atención diurna y otro. “Preguntar cómo la guardería afecta el comportamiento y el desarrollo de un niño es como preguntar cómo afecta la crianza de los hijos al comportamiento y desarrollo de un niño… Los [efectos] dependen de la calidad de la atención, el tipo de atención y la cantidad de tiempo que se pasa en eso”.
Dicho esto, la investigación apunta a algunas conclusiones contradictorias. Psychology Today citó un estudio longitudinal realizado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano del Estudio del Cuidado Infantil Temprano a principios de la década de 1990 que aún continúa. El estudio encontró que, de hecho, existe una correlación preocupante entre las horas que se pasan en un entorno de guardería y los problemas de conducta, como la agresión y el desafío en los años escolares posteriores. Esto podría deberse a que, de acuerdo con este estudio en particular, el 60% de los niños en guarderías no reciben cuidados que sensibles o que respondan a sus necesidades.
Pero no entres en pánico todavía. Existen algunos beneficios claros y definidos para la exposición temprana a entornos educativos. El estudio mostró que los niños que crecieron en la guardería tienden a tener una mejor memoria a corto plazo y un mejor desempeño en las pruebas estandarizadas basadas en la memoria.
Además, se descubrió que el tiempo que se pasa en las guarderías tiene un impacto positivo en las habilidades sociales tempranas, como la cooperación, la afirmación, la responsabilidad y el autocontrol. Estos beneficios desaparecen a una edad posterior, pero los científicos aún no han determinado si reaparecen.
The New York Times informó sobre el mismo estudio y mencionó que para el tercer grado los comportamientos agresivos previamente registrados se habían disipado, y no solo eso, pero los niños que habían pasado largas horas en la guardería a una edad temprana seguían obteniendo puntajes más altos en matemáticas y en lectura.
Si estos hallazgos son desconcertantes, recuerda tomarlos con un grano de sal. Los propios investigadores “advirtieron que los hallazgos no deberían ser motivo de alarma, ya que los efectos del cuidado infantil eran pequeños” y que “en general, los efectos del cuidado infantil eran mucho menores que los efectos de una buena o mala crianza”.
Lo que se saca de esta investigación no es necesariamente para mantener a tu bebé fuera de la guardería por completo, sino para garantizar que la calidad de la atención sea la más alta que puedas encontrar y pagar. La sensibilidad y capacidad de respuesta a las necesidades de tu bebé deben ser tu principal prioridad, así que toma nota de eso al elegir la guardería.