No nacemos sabiendo ser padres y aunque amamos a nuestros hijos muchas veces nos dejamos llevar por impulsos que lamentablemente tienen consecuencias importantes. No importa la edad que tengan tus pequeños, debes tener en cuenta que no puedes evitar enojarte, decepcionarte o preocuparte, pero si puedes entrenar tus reacciones.
Gritarle a nuestros hijos es una manera de expresar e intentar que entiendan las cosas que no nos gustan, pero lo único que lograrás es hacer sentir mal al menor por lo que están haciendo, por lo que debes entender que los gritos no educan.
Un estudio publicado por el ‘Diario de matrimonio y familia’ demostró que el 90% de los padres estadounidenses le gritaban a sus hijos. También aseguró que los padres combinan la disciplina física, golpes o azotes al abuso verbal cuando los hijos entran a la adolescencia, ambos métodos no son correctos y en muchos casos puede ser un delito.
Gritarle a tu hijo puede provocar también que te tengan miedo y por ende que no se acerquen a ti en la etapa más difícil que es la adolescencia, pues sentirán que no tienen tu amor, además el abuso verbal y los gritos tiene problemas de conducta y comportamiento en el menor. También por esa falta de amor que experimentan se pueden llegar a sentir rechazados.
Otras consecuencias:
- Emocionales.
- Se sentirán enfadados, irritables e inestables emocionalmente.
- Comportamientos agresivos y rebeldes.
- Depresión.
- Se creen ‘inútiles’.
- Comienza un patrón de malas decisiones como escoger amistades.
¿Qué puedo hacer entonces?
Se trata de la crianza positiva, aquí tú expresas calidez, confort, preocupación y afecto hacia tus hijos, teniendo en cuenta sus necesidades físicas y emocionales. De esta manera, te acercaras a tu hijo y animarás a interactuar más contigo. Con la crianza positiva existen menos problemas de comportamiento así mejorará también tu comportamiento.
Los gritos empeoran las cosas:
- Pueden crear problemas psicológicos a los niños.
- Dañan las relaciones entre padres e hijos.
- No se puede deshacer el daño.
- La autoestima de un niño se verá resentida.
- Cuando un niño se siente mal, se comporta mal.
Entonces ya lo sabes, pide ayuda a un experto si sientes que no puedes controlar tus impulsos, si le has gritado a tus hijos puedes ser responsable y pedir perdón, también acercarte a tu pequeño con la buena comunicación y la disciplina positiva te ayudará a tener una mejor relación.