Lenãi y Matt Schier fueron aconsejados por su médico de interrumpir su embarazo, tras descubrir que la bebé que venía en camino tenía un tumor que crecía en el coxis, ellos se negaron a realizar el procedimiento y confiaron en que su hija podría sobrevivir a esto.
La pequeña Zayla llegó al mundo en julio de 2019, al inicio los médicos creyeron que no podrían operar fácilmente el tumor, pero luego de seis horas y tras revivirla varias veces, pudieron extirpar el tumor benigno y ahora ha crecido felizmente junto a sus padres.
El tumor de Zayla fue detectado en la semana 20 del embarazo en 2019 y desde ese momento su embarazo fue considerado de alto riesgo, advirtiendo a la pareja que podría ser que su bebé naciera muerta, por lo que aconsejaron practicarle un aborto, al que se negaron.
“Matt y yo nos sentimos abrumados cuando recibimos el diagnóstico. Incluso el médico que nos llamó no tenía mucha información al respecto. Cuando estábamos en la habitación preguntando a todos los médicos por Skype sobre qué tan grave era su tumor, parecían preocupados del tamaño”, relató Lenãi Schier.
Más tarde, los médicos les informaron que habían encontrado que se trataba de un teratoma sacrococcígeo (SCT), que es un tumor neonatal común, sin embargo, no estaba afectando a ninguno de los órganos internos de su bebé, pero les recomendaron interrumpir el embarazo, sin éxito.
Zayla no tendrá ningún daño a largo plazo y aunque apenas tiene un año, no ha podido comenzar a gatear, pero no tiene problemas para moverse por la casa para jugar con Wilder, su hermano mayor. Lo anterior se debe, a que le extirparon el hueso del cóccix para evitar que el tumor regrese y ha estado monitoreada con análisis de sangre para garantizar que este no comience a crecer, y así será hasta que cumpla 5 años.
Mientras tanto su historia ha recorrido al mundo, ya que su sonrisa y su felicidad es evidente luego de un año de este difícil proceso para sus padres.