De acuerdo a varios estudios, las hormonas que segregamos los seres humanos nos permiten el vínculo con nuestros progenitores, estas son estimuladas por los sentidos como la vista, el olfato y el tacto.
Sin embargo, si uno de estos se elimina se pierden las oportunidades de dicho vínculo, según el neonatólogo del centro médico Langone de la Universidad de Nueva York, Robert Angert, además han comprobado que este tipo de vínculo permite disminuir el nivel de estrés que se vive día a día.
“Si una persona tiene ansiedad y estrés, esto dificulta enamorarse. Muchos padres, en particular papás que no son los que han dado a luz, están estresados y ansiosos, y les preocupa el bienestar de su hijo, sobre todo un bebé que esté en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Juntarlos de una forma segura y que sea útil para el bebé reduce esa ansiedad del padre”, señala el experto.
Una investigación publicada en HealthDay News, realizada por la Universidad de Australia Meridional, revelaron los beneficios de aplicar el método canguro entre papás y bebés prematuros, los resultados mostraron que el contacto estrecho activa receptores nerviosos que aumentan la producción de hormonas que reducen el dolor y el estrés, tanto en los niños como en los adultos.
Los padres que fueron estudiados, describieron el ambiente de la unidad de cuidados intensivos neonatales como “abrumador”, sin embargo, poder sostener a sus hijos cerca de su piel fomentó unos fuertes vínculos que los relajó y ayudó a desarrollar confianza incluso se sintieron más felices.
“El gran impacto que tuvo en ella era palpable. Por supuesto, me ayudó en la vinculación con ella y me ayudó a comprenderla y lo que era bueno para ella, como niña, pero también casi se notaba que era como si sacara energía de nosotros. Comenzó a moverse mejor, comenzó a desarrollarse con más rapidez. Día a día veía que se movía mejor. Comía mejor, respondía más. Sus ojos se abrían y se movía y se implicaba más cada vez que la sacábamos de la cuna”, señaló Joel Mackenzie, padre de Lucy.
Separar a los recién nacidos de sus padres por motivos médicos es traumático para los padres y puede tener un impacto emocional en el desarrollo del bebé, por lo que esta practica beneficia al menor.
“Tenemos una oportunidad de restaurar parte de esa cercanía, y no nos llevamos al bebé sin un buen motivo. Estamos salvando su vida. Pero también es bueno pensar que podemos restablecer el contacto y permitirles ofrecer cuidados a sus bebés mediante el método canguro”, expresó Mackenzie y agregó que los menores que pasan por esto tienen “más probabilidades de sobrevivir”.