Un reciente estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista Pediatrics, hallaron que uno de cada dos niños nacidos a las 23 semanas, o antes, murió o desarrolló sepsis.
Recientemente se celebró la Semana Internacional del Prematuro, iniciativa de Unicef donde las sociedades científicas más importantes del mundo se unen con el objetivo de hablar sobre el alto riesgo de mortalidad que tiene el traer bebés prematuros al mundo y prevenir esta situación en los casos que se pueda.
El lema de este año fue “El abrazo de la familia, una terapia poderosa”, por esa razón se publicó el estudio realizado en el Children’s Hospital of Philadelphia (CHOP), en colaboración con Vermont Oxford Network, donde afirman que casi un tercio de los bebés prematuros desarrollan sepsis, una infección potencialmente mortal que ocurre más de tres días después del nacimiento.
Dustin D. Flannery, el primer autor del trabajo, DO, MSCE, neonatólogo asistente en el Children’s Hospital of Philadelphia y profesor asistente de Pediatría de la Universidad de Pensilvania y destacó que “la sepsis de inicio tardío se asocia con una mayor probabilidad de muerte o, para quienes sobreviven, una enfermedad crónica dependiente de la tecnología”.
Los investigadores observaron la evolución de bebés prematuros nacidos desde el 1 de enero de 2018 hasta el 31 de diciembre de 2020. Los menores habían nacido de 22 a 29 semanas de edad gestacional (EG) y pesaron entre 401 a 1500 gramos.
De 118.650 bebés incluidos en el estudio, 10.501 (8,9%) desarrollaron sepsis de inicio tardío, donde los patógenos más comunes fueron estafilococos coagulasa negativos (29,3%) y Staphylococcus aureus (23,0%), pero se identificaron 34 patógenos diferentes.
El estudio demostró que los bebés infectados tenían menos probabilidades de sobrevivir y los que lo hacían tenían un mayor riesgo de necesitar oxígeno en el hogar, traqueotomía y gastrostomía además uno de cada dos bebés nacidos de 23 semanas de gestación o antes murió más tarde y/o desarrolló la infección.
“Estos resultados arrojan luz sobre un desafío actual: a pesar de los esfuerzos de prevención nacionales coordinados y exitosos, las tasas de infección se han estancado en los últimos años”. “A medida que aumenta la reanimación en el límite de la viabilidad, debemos identificar formas innovadoras de mejorar la prevención de la sepsis de inicio tardío para mejorar los resultados para estos pacientes”, explicó el experto.
Finalmente entre las conclusiones de la publicación científica, los expertos señalaron que “una proporción sustancial de bebés muy prematuros continúan sufriendo sepsis de inicio tardío, particularmente aquellos nacidos con las EG más bajas”.
Un parto prematuro puede tener múltiples orígenes: por causas maternas (diabetes gestacional, hipertensión, eclampsia, hemorragias antes del parto); causas propias del bebé (problemas de crecimiento en la etapa intrauterina, genética) o problemas en la placenta (desarrollo anormal de la misma o con ciertas patologías).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promociona el contacto piel con piel, pues se ha demostrado que es una práctica extremadamente beneficiosa y efectiva, especialmente importante en el caso de los bebés prematuros.